Las groserías son como un desahogo espiritual. Cuando las dices, sientes que algo se libera. De repente ves a tu hermana que no te devolvió la camisa que le prestaste ayer y le dices una de las tuyas o bajas del carro y derramas el café sobre la ropa y ahí va un montón de tacos, porque a diferencia de México, en España tacos son palabras malsonantes mientras que en el país azteca es una comida y de las más típicas.
Abuelos y padres siempre nos aconsejaron que no dijéramos malas palabras debido a que denota marginalidad y poco cerebro, pero la ciencia se encargó de darnos una patada en el estómago, nuevamente, y decirnos que «noooo señorita, si dices groserías es porque eres inteligente», ¿puedes creer eso?, las pruebas a continuación.
6Incrementa la tolerancia al dolor
Las groserías están estrechamente ligadas a las emociones. Cuando las decimos podemos tener un nivel de ira alto o todo lo contrario, gozar de felicidad. También logró comprobarse por el piscológo Richard Stephens que decir groserías incrementa la tolerancia al dolor. El especialista y su equipo pusieron a un grupo de estudiantes a sostener un cubo de agua helada y los que más soportaron fueron los que dijeron palabras malsonantes.
Hasta este punto, es increíble que un acto reprimido por nuestros padres trajera tantos beneficios. Ahora puedes estar tranquilo al momento de aceptar un reto, ya sabes que diciendo unas cuantas palabritas malsonantes pudieras ganar.