Las groserías son como un desahogo espiritual. Cuando las dices, sientes que algo se libera. De repente ves a tu hermana que no te devolvió la camisa que le prestaste ayer y le dices una de las tuyas o bajas del carro y derramas el café sobre la ropa y ahí va un montón de tacos, porque a diferencia de México, en España tacos son palabras malsonantes mientras que en el país azteca es una comida y de las más típicas.
Abuelos y padres siempre nos aconsejaron que no dijéramos malas palabras debido a que denota marginalidad y poco cerebro, pero la ciencia se encargó de darnos una patada en el estómago, nuevamente, y decirnos que «noooo señorita, si dices groserías es porque eres inteligente», ¿puedes creer eso?, las pruebas a continuación.
5Aumenta la efectividad del lenguaje
Se expresó en palabras dichas con antelación que las groserías podían mejorar la efectividad en el lenguaje. Esta aseveración la extrajeron de un estudio realizado en el 2014 en la cual se analizaron las reacciones a entradas de blog por un político ficticio en el cual las que contenían groserías mejoraban la impresión que los lectores tenían de la fuente, aunque no interfiriera en la decisión final del candidato.
Otro dato interesante es que los individuos tienden a decir más groserías cuando escriben de manera online. Se estima que un 64% más que en el vocabulario habitual. Fue comprobado a través de un estudio exploratorio por la red social Twitter.