El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, ha afirmado este miércoles que el cumplimiento de los objetivos nacionales y europeos para el proceso de transición energética exigirá una estrategia coordinada a nivel internacional que facilite inversión en tecnologías menos contaminantes, evitar «incertidumbre regulatoria» y minimizar riesgos de deslocalización de actividad y los costes de adaptación.
Durante su intervención telemática en la octava edición del ‘ESG Spain 2020-Corporate Sustainablity Forum’, organizado por Forética para tratar sobre aspectos ambientales, sociales y de buen gobierno, Hernández de Cos ha subrayado la necesidad de favorecer una transición hacia una economía «más sostenible» y de luchar contra el cambio climático.
«Este reto global alcanza a todos los agentes sociales y económicos e implica una transición de la economía hacia un modelo más sostenible», lo que requiere una «transformación de métodos de producción y de hábitos de consumo», ha explicado, repasando los pasos políticos más relevantes en este campo.
En este sentido, ha recordado que la UE y España están siendo «activos» en este desafío desde la firma del Acuerdo de París, ya que «Europa lidera la búsqueda de la acción coordinada a escala internacional«, motivo por el que la Comisión Europea presentó a finales del año pasado el Pacto Verde europeo con una batería de medidas para alcanzar la neutralidad climática en 2050 e incrementar la reducción de emisiones para 2030.
A nivel nacional, ha apuntado que el Gobierno envió en mayo a las Cortes el primer proyecto de Ley de Cambio Climático y Transición Energética con objetivos «muy ambiciosos» en línea con el plan europeo, marcando como metas alcanzar en 2030 una reducción del 33% de emisiones de gases de efectos invernadero respecto a 2017, y una mejora del 35% en la eficiencia energética, logrando un peso de energías renovables en el consumo total de energía final del 35%.
A más largo plazo el propósito es lograr neutralidad climática no más tarde de 2050 y que el sistema eléctrico sea «totalmente renovable».
Para alcanzar estos objetivos ha indicado que se exigirá una estrategia internacional «coordinada» que facilite la inversión en tecnologías menos contaminantes, y ha hecho hincapié en que para el proceso de transición energética hay que «evitar la incertidumbre regulatoria y minimizar los riesgos de deslocalización de actividad y los cotes de adaptación.
De acuerdo con estudios sociológicos, Hernández de Cos ha resaltado que la sociedad española está «mayoritariamente concienciada» en actuar en la lucha contra el cambio climático y está dispuesta a sumir algunos costes de las actuaciones.
Igualmente, ha enfatizado la importancia del apoyo europeo para afrontar los retos y el «importante papel» que debe desempeñar la política europea.
A este respecto, ha recordado que se ha aprobado el marco financiero plurianual 2021-2027 de la UE y se ha acordado el fondo de recuperación con 750.500 millones para hacer frente a la crisis del Covid-19 con préstamos a los Estados miembros y transferencias, que se sustentará en forma de financiación para reformas estructurales y proyectos de inversión en campos como la lucha contra el cambio climático.
Por último, ha dicho que los reguladores son «plenamente conscientes» del papel que debe jugar el sector financiero para impulsar las transformaciones, por lo que ha detallado que el Banco de España colabora con otros bancos centrales y supervisores para incorporar los riesgos climáticos en el proceso de toma de decisiones de financiación e inversión.
De hecho, ha afirmado que estos aspectos relativos al clima y la sostenibilidad formarán parte de la reflexión del proceso de revisión estratégica de la política monetaria del Eurosistema.