Las redes sociales nos han traído nuevas formas de comunicarnos. Podemos relacionarnos con gente a distancia, conocer a personas sin tener que esperar a coincidir en un mismo espacio, disfrutar de nuestras amistades e incluso crear otras nuevas. Además, es un terreno ideal para que las personas más tímidas puedan ir soltándose más fácilmente. Sin embargo, este tipo de relaciones tienen un cierto componente antinatural y pueden dar lugar a prácticas conflictivas como es el ghosting.
Seguramente, habrás oído este nombre alguna vez, o sabrás de alguien que lo haya sufrido. A lo largo de este artículo trataremos de contarte qué es y por qué no deberías practicarlo.
Qué es el ghosting
Ghosting es un término inglés que deriva de la palabra “ghost” (fantasma). Se llama ghosting a la práctica mediante la cual una persona con la que has iniciado una relación afectiva, desaparece de tu vida de la noche a la mañana, sin darte explicaciones ni dejar rastro.
Es decir, esa persona elimina todo medio de contacto contigo, no responde a tus llamadas ni mensajes y elimina tu contacto de sus redes sociales, o hace caso omiso a tus interacciones.
La persona con la que te relacionabas se convierte en un fantasma
Imagina por ejemplo que has conocido a alguien a través de una aplicación de citas. Comenzáis a hablar y parece que congeniáis bien, así que decidís quedar para conoceros en persona. Intercambiais vuestras redes sociales y vuestros números de teléfono. Podéis quedar un par de veces más. Y de repente un día, esa persona deja de responder a tus mensajes de whatsapp. Tampoco responde a tus llamadas. Y parece que te ha eliminado como contacto de sus redes sociales.
No entiendes nada. Primero te preocupas porque crees que le ha pasado algo.Luego descubres que sigue estando en línea, y que parece seguir su vida con normalidad. Comienzas a preguntarte qué has podido hacer mal o que has dicho que le haya podido molestar tanto.
El ghosting es una práctica cada vez más frecuente
Este ejemplo, que puede parecer un poco exagerado, está tomado de un caso real. Lo cierto es que la abundancia de apps de citas y de diversos medios de contactar por internet está haciendo que este tipo de prácticas sean cada vez más comunes. Se trata de desaparecer sin dar ningún tipo de explicación, como si el tiempo compartido no hubiese tenido ningún tipo de valor.
El ghosting se aplica a relaciones de pareja, pero también a relaciones de amistad y a veces incluso a las de trabajo, es más fácil desaparecer sin más que darle explicaciones a tu empleador. Es un hecho que comienza a ser estudiado pues puede ser causa de consecuencias muy negativas para la persona que lo recibe, afectando seriamente a su autoestima.
La tecnología cambia la manera de relacionarnos pero no a las personas
Es cierto que la tecnología cambia la manera en las que nos relacionamos unos con otros. Sin embargo, ni la tecnología ni las redes sociales nos cambian como personas. En todo caso, lo que pueden es ayudarnos a acentuar rasgos de nuestra personalidad que en el cara a cara tratamos de disimular.
La práctica del ghosting demuestra una falta de empatía con los sentimientos de la otra persona. El anonimato que nos proporcionan las redes nos fomenta el poder mantener comportamientos que, en general, nunca mantendríamos en un lugar público. Las comunicaciones a través de internet favorecen el egoísmo y la falta de educación.
Pero, lo cierto, es que si tu eres una persona educada en la vida real, lo lógico es que lo seas también en tus comunicaciones virtuales. Escudarse en el anonimato no deja de ser un modo de demostrar cobardía.
Quién practica el ghosting
Los expertos coinciden en que la práctica del ghosting no es una cuestión de género,ni existe exactamente un perfil de persona que lo practique, es algo que tiene más que ver con la personalidad de cada uno. De hecho, cualquiera de nosotros somos capaces de hacer ghosting.
Lo cierto es que la tendencia cada vez mayor a virtualizar las comunicaciones también nos hace perder el sentido de la realidad.En ocasiones, olvidamos o no tenemos totalmente presente que no se trata de un juego y que tras la comunicación se encuentra una personas de carne y hueso con sentimientos y una vida real. La posibilidad, bastante evidente en muchos casos de que nunca vayamos a conocer físicamente a la otra persona, nos lleva a no tomarla muy en serio.
Cómo actuar ante el ghosting
Pero conectar con alguien de algún modo, es una forma de socializar y estas conexiones son algo fundamental para nuestra naturaleza como humanos. Cuando esas conexiones se rompen sentimos dolor.Esto es algo inherente a nuestra propia naturaleza, asociamos la conexión con los demás con la supervivencia.
El problema no son las redes sociales, sino el mal uso que hacemos de ellas.Por eso, si sufrimos ghosting, y realmente sabemos que no hemos hecho nada para molestar a la otra persona, tenemos que evitar cuestionarnos a nosotros mismos, tener claro que el gesto habla más de su falta de valores que de nosotros mismos.
Por otro lado, debemos aceptar como algo natural que nos duela, porque como ya hemos dicho el rechazo duele. Además debemos de intentar hablar de ello con otra persona, hablar nos ayuda a procesar mejor las experiencias dolorosas.
Consecuencias también para las personas que practican ghosting
Eliminar las connotaciones sentimentales de las relaciones que mantenemos a través de internet,implica prescindir de la empatía, una de las capacidades básicas de la humanidad. La práctica del ghosting también puede acarrear consecuencias para la persona que lo hace, por ejemplo, sentimiento de culpa o de vergüenza. También puede ser que esa persona no sea realmente consciente del daño que causa o que sea incapaz de gestionar sus relaciones.
En cualquier caso, tenemos que aprender a gestionar nuestras relaciones virtuales, aprovechar lo bueno que nos brinda la tecnología sin prescindir de nuestros valores personales ni de las normas de educación que nos ayudan a vivir en sociedad.