Las apariencias engañan. Esto llevan siglos diciéndolo los filósofos, y no hay día en que uno no pueda darse cuenta a poco que se fije. Vivimos inmersos en la rutina, en una cotidianeidad mecánica que no nos deja un respiro para ver un poco más allá de lo de siempre. Nuestra vida de diario es mucho más apasionante, y esconde muchos más misterios de los que puedes imaginarte.
Basta con intentar mirar con otros ojos esos objetos que están a nuestro alrededor. Preguntarte por qué estarán hechos de ese modo y no de otro. Buscarles aplicaciones y utilidades inéditas. Desde que nos levantamos hasta que nos volvemos a acostar utilizamos infinidad de objetos que facilitan nuestro día a día. Artilugios que, por simples que parezcan, hacen que nuestros quehaceres diarios se desarrollen con más rapidez o de una manera más cómoda. Sin embargo, nuestro estresante estilo de vida nos impide tener el suficiente tiempo para preguntarnos el porqué de las cosas.
3Las cerdas más largas de algunos cepillos
Algunos cepillos de dientes tienen en la parte superior cerdas algo más largas. Algunos piensan que su función es la de llegar a los rincones donde no llegan las más cortas. Y no es así.
En realidad, es una forma de medir la pasta de dientes que se debe utilizar. Bastará con rellenar de dentífrico esa pequeña superficie y no la base completa del cepillo. Así ahorraremos cada vez que nos cepillemos los dientes algo de pasta.