Las acciones de ACS se han desplomado más de un 10% en Bolsa en una jornada en la que el Ibex 35 ha cedido un 3,4% y coincidiendo con la demanda presentada en el último mes por un grupo de accionistas de Cimic, su filial en Australia, por el desarrollo de su negocio en Oriente Medio.
Sus títulos cedieron este lunes un 10,23%, hundiéndose hasta los 18,2 euros por acción, un nivel que la constructora no visitaba desde el pasado mes de abril, cuando comenzó a remontar desde los 11,63 euros a los que cayó como consecuencia del estallido de la crisis del coronavirus.
No obstante, desde Sabadell explican que, aunque se trata de una noticia negativa, su impacto ahora mismo es «limitado» ya que se conocía desde agosto y añaden que únicamente es el inicio de un proceso judicial «del que no se puede presuponer un desenlace negativo para ACS».
Esta demanda colectiva fue presentada por titulares de acciones compradas entre el 7 de febrero de 2018 y el pasado 22 de junio de 2020, que denuncian los métodos de financiación usados por la compañía en relación a su participación en BIC Contracting, según señala Cimic en un comunicado.
La denuncia fue interpuesta el pasado 24 de agosto en los registros de la Corte Federal de Victoria y alega que Cimic, participada por ACS en un 39% de forma indirecta a través de su filial alemana Hochtief, no reveló toda la información financiera con la que contaba en relación a los problemas que arrastraba su negocio en Oriente Medio.
Los hechos se remontan a la decisión de Cimic de salir de este mercado, lo que resultó en la necesidad de anotarse un ajuste 1.800 millones de dólares australianos (unos 1.112 millones de euros). El efecto cadena de la canalización de las participaciones de ACS provocó que el grupo que preside Florentino Pérez se tuviese que anotar un impacto negativo de 400 millones de euros.
OCULTA LA SITUACIÓN REAL DE LA COMPAÑÍA
Según la prensa australiana, la denuncia señala que los resultados financieros de Cimic no revelaban el uso de líneas ‘factoring’ y ‘reverse factoring’ y el impacto que esta financiación tenía en los ingresos y resultados, ya que se trata de un instrumento que retrasa el pago de las facturas a los proveedores e impulsa, artificialmente, la generación de caja.
Por ello, los resultados que publicaba la filial de ACS no contemplaban este efecto del uso del ‘factoring’, lo que impedía vincular la mayor generación de caja al retraso de los pagos, dando así una imagen irreal del estado de los negocios de la empresa en Oriente Medio.
A pesar de que la compañía ya ha negado estos hechos, los títulos de Cimic en Bolsa acumulan un desplome del 13,5% desde que los accionistas demandantes interpusieran la denuncia a finales del pasado mes de agosto.