La documentación filtrada relativa a unos dos billones de transacciones en los denominados Archivos FinCEN publicados este domingo revelarían la tolerancia de las grandes instituciones financieras con el dinero negro de criminales y cómo les permiten mover fondos por dos billones de dólares por todo el mundo.
Por ejemplo, la documentación apunta a que JP Morgan movió más de 1.000 millones de dólares a través de Londres sin saber quién era su dueño. El banco descubrió más tarde de que se trataría de uno de los incluidos en la lista de los diez delincuentes más buscados del FBI, la policía federal estadounidense.
También demuestra cómo uno de los aliados del presidente ruso, Vladimir Putin, utilizó una cuenta de Barclays Bank en Londres para evitar las sanciones impuestas por Estados Unidos y sus aliados. Parte del dinero se utilizó para comprar obras de arte.
La docuementación ha sido obtenida por Buzzfeed News, que la ha compartido con el Consorcio Internacional de Periodismo de Investigación (CIPI). Recoge 2.500 documentos, la mayoría remitidos por los propios bancos a las autoridades estadounidenses entre 2000 y 2017, sobre conductas sospechosas de sus propios clientes.
Este tipo de documentación FinCEN sirve para informar de comportamientos sospechosos, pero no recogen pruebas concretas de actos delictivos. El nombre, FinCEN, procede de la Red de Investigación de Delitos Financieros de Estados Unidos (FinCEN), un organismo dependiente del Departamento del Tesoro que obliga a informar de posibles transacciones delictivas en dólares, aunque sean fuera de Estados Unidos.
Estos Informes de Actividad Sospechosa (SAR, por sus siglas en inglés) se emiten cuando una entidad sospecha de que sus clientes pudieran estar realizando operaciones ilegales.
Con ello se pretende combatir el blanqueo de capitales resultado de actividades delictivas. Además, las entidades tienen obligación de cesar las operaciones de un clientes cuando consideren que se puede estar comentiendo un delito, sin esperar a una intervención de las autoridades.
Estos documentos dan «un panorama de lo que saben los bancos sobre los vastos flujos de dinero negro en todo el mundo», ha explicado uno de los miembros del CIPI, Fergus Shiel, en declaraciones a la BBC, uno de los medios participantes.
Además, Shiel ha destacado que estos documentos dan una idea de la enorme cantidad de dinero de procedencia ilícita que circula, ya que los dos billones de dólares en transacciones serían «solo una pequeña porción» del dinero del que se informa en los SAR.
De hecho, Reino Unido está considerada una «jurisdicción de alto riesgo», como Chipre, según la división de inteligencia del FinCEN debido a la gran cantidad de empresas con sede en Reino Unido que aparecen en los SAR, más de 3.000. Reino Unido es el país con más menciones de empresas en los docuemntos.
La documentación menciona además al Banco Central de Emiratos Árabes Unidos por las sanciones a Irán, a Deutsche Bank por mover dinero del crimen organizado, terroristas y traficantes de droga o a Standard Chartered, que movió dinero para el Banco Árabe durante más de una década pese a que una de las cuentas se utilizó para financiar actividades terroristas.
La filtración de los documentos FinCEN sigue a otras como los Papeles del Paraíso de 2017, los Papeles de Panamá de 2016 o la Lista Falciani de 2015.
En este caso es diferente porque no se trata de documentos de dos o tres bancos, sino de multitud de entidades, y podría afectar a la seguridad nacional de Estados Unidos, poner en riesgo investigaciones abiertas o afectar a instituciones e individuos mencionados.