La cineasta Danielle Arbid presenta en el 68 Festival Internacional de Cine de San Sebastián su película ‘Passion simple’, una adaptación del libro ‘Pura pasión’ de Annie Ernaux, en la que retrata la pasión que lleva hasta la obsesión. La directora ha lamentado que faltan en los cines cintas «arriesgadas» como ésta, en cuanto a la desnudez y el sexo.
En rueda de prensa en San Sebastián, Arbid, acompañada de los dos protagonistas de su película Laetitia Dosch y Sergei Polunin, ha reconocido que ‘Passion simple’ ha sido una película «complicada de llevar a cabo» porque parte de un libro «casi inadaptable».
«Ese desafío es lo que me atrajo, no es un libro para ser adaptado», ha incidido, para añadir que «es abierto, generoso, cada uno puede proyectar su visión o su vida» y no tiene «una historia concreta con un estilo demasiado narrativo». «Habla de una emoción muy precisa que la autora ha querido mostrar, ella vivió ese momento, el hecho de enamorarse dice que fue una suerte, no un traumatismo, quise mostrar esa suerte», ha explicado.
Además, ha apuntado que esa emoción «nos puede ocurrir a cualquiera o puede que nos haya ocurrido». «Podemos identificarnos en esa relación», ha añadido.
Arbid ha incidido en que se trata de una película «de emociones que trata de relatar una emoción» y lo hace tratando «de guardar las distancias con el libro», del cual lo que más le impresionó fue «su valentía».
También ha querido aclarar que esta película «no tiene nada que ver con el feminismo», porque enamorarse «le puede pasar a un hombre o no». La cineasta ha señalado que ha sido «un halago» que a Ernaux le haya «gustado la película mucho». «Es una gran escritora no puedo medirme a su talento pero ella me ha hecho pensar en mi vida y he hecho que ella olvide un poco la suya, por eso hacer cine es mágico», ha señalado.
Por otro lado, ha reconocido que le gusta «correr el riesgo de perderme en una película» y el rodaje de ésta ha sido «un viaje». «Lo hermoso es el viaje, partimos del libro pero esto es una aventura en la que hemos mantenido una gran unión», ha señalado, para incidir en que espera que para los espectadores ‘Passion siple’ sea «tan evocadora» como para ella lo fue ‘Pura pasión’.
Respecto al tema de la pasión, ha señalado que es algo que «se nos escapa de las manos» y ha apuntado que una historia de pasión puede acabar en una historia de amor, o no, y, en este caso, «se detiene, es un paréntesis, como una droga o incluso más intenso, es como si entrases en una secta, uno abandona su entorno».
«Quería contar cómo una historia sexual se convierte en una historia mental, en una obsesión», ha afirmado. Así ha señalado que lo que comienza «como sexo, algo accesible y agradable con un hombre guapo y simpático», la protagonista se enfrenta a «un hombre que acaba de erigirse en un dios ante sus ojos, alguien que ni siquiera existe porque deja de ser un cuerpo para convertirse en una obsesión, algo tóxico, pero para mí todo eso es amor».
Preguntada por los periodistas sobre la situación del Líbano, Arbid ha puntualizado que ella es libanesa, pero también francesa, y ha esperado que «la pasión sea algo internacional, sería demasiado triste si no fuera así.
En este sentido, ha indicado que las mujeres libanesas también pueden identificarse con la protagonista de esta película, como lo hace ella, porque «no hay fronteras», aunque no podrá mostrar esta película en Líbano porque «sería censurada como las anteriores».
«Me encantaría un mundo feliz, estable y en paz, me encantaría ver paz en mi país, me entristece enormemente lo que allí sucede y la suerte de mis compatriotas», ha reflexionado, tras lo cual ha esperado que algún día «películas como ésta puedan verse allí y que en Líbano pueda haber salas de cine, porque ahora allí estamos al borde de una guerra».
FEMINISMO
Preguntada por posibles críticas que puedan verter desde sectores feministas a esta película por presentar a una mujer sometida a un hombre, la cineasta ha aclarado que ésta es una película «valiente» y para ella «eso es el feminismo, tener una mirada del mundo sin vergüenza, sin bajar la cabeza, hablar de debilidades para mostrarse fuerte».
«Parto de ese principio para contar esta historia», ha incidido. A su juicio, puede que ‘Passion simple’ «choque a personas dogmáticas, pero todas las mujeres hoy somos más feministas no queremos vernos sometidas, ni relegadas, ella solo está sometida al amor».
La directora también ha opinado que «en el mundo occidental en general faltan las películas que se veían sobre la desnudez y el sexo». «Me hubiera gustado ver más películas arriesgadas de este tipo en el cine, el cine implica compartir emociones fuertes, por qué no compartir estas emociones», se ha preguntado.
Por su parte Dosch ha afirmado que comprendió a la protagonista «instantáneamente» y ha explicado que a la hora de preparar un papel como éste «uno puede sumergirse y buscar recuerdos que todos tenemos». «Todos tenemos una historia que nos ha dejado recuerdos indelebles, incluso heridas, no se trata de comprenderla pero esa historia está ahí, muchas personas incluso puede que lo tengan y no hayan hablado con nadie de ello», ha apuntado.
Por su parte Polunin ha confesado que fue «difícil» para él rodar las escenas de sexo y desnudarse ante la cámara. «Un poco de coñac me ha ayudado», ha ironizado.
En todo caso, ha subrayado que «Laetitia tiene mucho talento y Danielle tiene buen humor y es fácil trabajar con ella», por lo que ha habido «un buen ambiente» en el rodaje.