La directora y guionista Isabel Coixet ha recibido este sábado el Premio Nacional de Cinematografía que otorga el Ministerio de Cultura, destinado a recompensar a toda persona destacada en el ámbito cinematográfico español y dotado con 30.000 euros, marco en el que ha defendido que «incluso para los que la desprecian, la cultura es el futuro».
Coixet ha recibido el premio de la mano del ministro de Cultura, José Manuel Rodríguez Uribes, en un acto en Tabakalera de San Sebastián, en el marco del festival de cine de San Sebastián, en el que han estado presentes personalidades del mundo del cine como la directora Iciar Bollain o la actriz Candela Peña, y representantes institucionales como el delegado del Gobierno en Euskadi, Denis Itxaso, o el alcalde de San Sebastián, Eneko Goia. El acto este año ha reducido su aforo por las restricciones marcadas para hacer frente al covid-19.
En su intervención, Rodríguez Uribes ha hecho un repaso de la trayectoria de Coixet y de su «universo» y ha resaltado el «inconformismo de su obra» que incluye también una «lucha tenaz» por causas centradas en los derechos humanos.
El ministro ha destacado la «clara proyección internacional» de la carrera de la cineasta catalana, así como la «libertad de abordar temáticas comprometidas», la «lucha tenaz por denunciar injusticias», y por «fomentar el pensamiento crítico.
«Una y otra vez, tu cine revela que las contradicciones son la esencia misma de nuestra complejidad. Esas capas sucesivas que conforman a cada individuo, y se entremezclan», ha expresado.
Por su parte, Coixet ha centrado su discurso en dirigirse a aquellas personas que quieran dedicarse al mundo del cine y empiezan en esta industria para decirles algunas de las cosas que a ella «no le dijeron en su momento». De este modo, les ha recomendado «fijarse, observar» el mundo que les rodea, así como que «no pierdan el tiempo en criticar» y en quejarse de lo «difícil que es todo» porque «en ningún sitio está escrito que fuera fácil».
La cineasta ha recordado, en esa línea, cuando hace 30 años acudió al Festival de San Sebastián con su primera película que, según ha dicho, «la crítica destrozó». «Me hubiera gustado decir a esa chica que lloraba que los festivales son estupendos para descubrir cine, pero también son plazas de torear egos y, si tienes un ego pequeño y frágil, sufrirás, pero no es el fin del mundo», ha afirmado, al tiempo que ha subrayado que «no te va a querer todo el mundo, tatúatelo si hace falta».
Asimismo, ha aconsejado a los futuros cineastas que sean «agradecidos«, que no den «órdenes arbitrarias» y que lleguen «llorados, meados y psicoanalizados» al set de rodaje, para insistir en que no tengan «miedo a decir lo que piensan».
Finalmente, ha destacado que «en estos últimos años algo está cambiando» para las mujeres en el cine, ha llamado a que en esta época de incertidumbres «a falta de certezas, abraza la niebla» y se ha comprometido a esforzase «en ayudar en lo que haga falta».