Las agencias de calificación crediticia Moody’s y S&P Global han decidido mantener sus respectivos ratings soberanos asignados a España, situados en ‘Baa1’ y ‘A’, respectivamente, según han anunciado ambas firmas este viernes en sendos comunicados.
No obstante, las dos agencias han reaccionado de forma diferente en lo que se refiere a la perspectiva del rating. Mientras que Moody’s también la ha mantenido sin cambios, S&P ha decidido revisarla a ‘negativa’ ante la debilidad económica provocada por la crisis unido a la posibilidad de que no se llegue a un acuerdo para aprobar unos Presupuestos para el año que viene.
Moody’s ha explicado que, aunque la economía española ha sufrido el impacto de la pandemia del coronavirus, el apoyo del Gobierno, combinado con los esfuerzos del pasado en reducir los desequilibrios macroeconómicos y en recuperar la competitividad «deberían proporcionar una recuperación económica robusta el próximo año.
La firma considera que la ratio de deuda pública en comparación con el producto interior bruto (PIB) se estabilizará en torno al 120% «en los próximos años». Aunque es un nivel sin precedentes para el país, las métricas de asequibilidad de la deuda por los bajos tipos de interés y la menor recurrencia a la financiación de los mercados de bonos «mitigará el impacto de una mayor deuda sobre la fortaleza fiscal del país».
Moody’s ha decidido no modificar la perspectiva del rating debido a que los efectos a corto plazo de la pandemia no tendrán un efecto a largo plazo en la capacidad productiva de España. Sin embargo, el escenario base de Moody’s para estas previsiones es que la crisis sanitaria se podrá gestionar sin la necesidad de recurrir a las restricciones «amplias y severas» sobre la movilidad como las que se aplicaron en abril y mayo.
Moody’s estima que el PIB de España se hunda un 12,5% debido a que la economía del país es dependiente del turismo y del sector servicios, así como por el elevado número de empresas medianas y pequeñas.
Otra palanca de recuperación, señalada por ambas agencias, es el fondo de recuperación europeo de 750.000 millones de euros, del que España recibirá una gran parte por ser uno de los países más afectados.
Por otro lado, Moody’s asegura que, aunque el déficit llegará al 13% del PIB este año, en 2021 será mucho más bajo por el crecimiento económico y la recuperación de los ingresos tributarios. Pese a esto, la firma ha señalado que España sigue teniendo entre sus retos atajar la elevada tasa de paro estructural, reducir el alto porcentaje de trabajadores temporales, elevar la productividad y solventar el «alto déficit estructural» de la Seguridad Social.
REFORMA LABORAL
«Los riesgos macroeconómicos clave para España siguen siendo la elevada deuda pública, el incremento de la tasa de dependencia, la dualidad pronunciada del mercado laboral y los posibles retrasos en la implementación de reformas que eleven el crecimiento y la consolidación presupuestaria», ha agregado S&P.
Como en otras ocasiones, la agencia de calificación ha alertado de que podría rebajar el rating si el Gobierno acomete una derogación de reformas estructurales del pasado, como la reforma laboral.
En este sentido, la firma ha argumentado que el país cuenta con un 26% de sus trabajadores con contratos temporales. De todos ellos, únicamente el 14% logran firmar un contrato indefinido, frente al 30% de Portugal o el 55% de Reino Unido. «A la luz de esto, las propuestas de revertir partes de la reforma laboral de 2012 parecen ser un riesgo para la flexibilidad económica de España, y podrían exacerbar sin intención el problema de ‘insider-outsider’ del mercado laboral», ha alertado S&P.