Llevábamos muchos meses sin ver a Carmen Martínez Bordiu. La socialité vive tranquila en Portugal con su novio Tim, alejada del revuelo mediático que siempre la rodea, y apenas viaja a España. Sin embargo, la Duquesa de Franco está pasando unos días en la capital, probablemente para reunirse con su familia y su abogado para preparar el recurso a la sentencia que les obliga a devolver el Pazo de Meirás.
Y es que recientemente un juzgado de La Coruña ha declarado que Meirás pertenece al Estado y, como tal, los Franco deberán devolverlo a su legítimo dueño. Una sentencia que ha caído como un jarro de agua fría entre los herederos del dictador, que ya han confirmado que recurrirán hasta el Tribunal Constitucional si es necesario.
Hasta ahora, sólo Jaime Martínez Bordiu se había manifestado públicamente sobre el Pazo de Meirás, pero hemos tenido ocasión de preguntarle a Carmen, a la que hemos pillado entrando en un edificio en el centro de la capital. Parapetada detrás de varias amigas e intentando ocultarse bajo la mascarilla reglamentaria por el Covid, la Duquesa de Franco se muestra de lo más esquiva y guarda silencio.
Carmen, que siempre había sido de lo más educada con la prensa, ha cambiado radicalmente su actitud y muestra su lado menos amable, evitando siquiera dar las buenas tardes a la prensa e ignorando todas las preguntas.