Las series de televisión en España «continúan retroalimentando la cultura sexista» al mostrar a la mujer en roles «estereotipados» y cosificados» bajo una «mirada patriarcal», según las conclusiones de un estudio de la Asociación de Mujeres Cineastas y de Medios Audiovisuales (CIMA) para el Instituto de la Mujer y para la Igualdad de Oportunidades (IMIO).
El equipo de investigación -que se llevó a cabo desde finales de 2019 y durante el año 2020 y ha estado dirigido por Fátima Arranz- ha recopilado datos del sector a través de las páginas web oficiales de las series analizadas -18 en total, de las más vistas- y a la base de datos IMDb Movies (TV and Celebrities).
Además, se ha llevado a cabo un análisis de contenido de esas 18 series, visionando 300 horas en capítulos que han compuesto las temporadas del periodo 2018-2019. El análisis de los datos cuantitativos se ha realizado observando las series de televisión de acuerdo con la tipología: ‘Prime Time’, ‘Juvenil’ y ‘Sobremesa’.
Una de las primeras conclusiones es que en la creación de contenidos y en la dirección de las series, la participación de las mujeres es «prácticamente inexistente». Así, de las 18 series más vistas en España durante el periodo 2018-2019 solo una es de autoría femenina.
Además, el estudio asegura que los mensajes de las series nacionales se caracterizan por «su inequidad y porque la manifestación de los distintos tipos de violencia (de género, sexista, violencia simbólica) ocupa un lugar primordial».
«La representación de las relaciones de los hombres y de las mujeres, a través de las series, llevan la marca de la diferenciación de géneros según estiman esa realidad sus creadores. Y esto significa el uso (y abuso) de estereotipos tanto de los personajes masculinos como femeninos», apunta el estudio.
En el caso de los personajes femeninos, se alerta de que «lo más frecuente es que se de cuenta, a modo de catálogo, de todos los estereotipos y 78 roles más comunes, teniendo todos ellos el sesgo patriarcal». «Sesgo que tiene la función de mantener el orden de subordinación de las mujeres», han añadido.
El estudio pone de relieve que, en el apartado actoral, la proporción de mujeres protagonistas se ha incrementado «manteniendo proporciones semejantes» al protagonismo masculino, si bien a cambio «se reincide más en los estereotipos que se fundamentan en una feminidad pasiva que solo parece activarse ante la búsqueda del amor de la pareja o el cuidado de los hijos».
Por el contrario, el trabajo ocupa en la vida de estos personajes «un pequeño espacio», que a veces es o de «baja cualificación profesional» o en profesiones «encuadradas en los cuidados o los servicios». «Su rol familiar sigue siendo el eje central y motivacional de sus vidas», ha denunciado el estudio.
También se apuntan «nuevos modelos» de mujeres, sobre todo las más jóvenes, pero la mayoría son esquematizadas con las pautas de comportamiento masculino en todos los órdenes de la vida: desde el tipo afectivo, al sexual, pasando por las relaciones de amistad o el trabajo.
En las series, el universo de la mujer «sigue girando alrededor del mundo masculino» y la cosificación de su cuerpo «buena parte de las veces es empleada para justificar su aparición en el relato».
«Son pocas las mujeres que protagonizan o coprotagonizan una serie que no sean físicamente deseable, a no ser que se planteen como cuota o como contrapunto a otra protagonista –guapa– o para encarnar la maldad femenina. Por tanto, no hay novedades destacables que no pasen por la mirada patriarcal en la representación de las mujeres», ha señalado.