La Sección Segunda de la Audiencia de Jaén ha condenado a tres de los seis vecinos de la capital jiennense que se sentaron el pasado 3 de septiembre en el banquillo acusados de quedar por redes sociales para dar una paliza a tres inmigrantes a los que responsabilizaban de un robo a un anciano del barrio. La condena va dirigida contra los tres cuya participación el tribunal considera acreditada, mientras que el resto quedan absueltos.
En concreto condena a dos de ellos a dos años de prisión por un delito de lesiones y a un tercero lo condena a dos años y medio de cárcel por concurrir el agravante de reincidencia. Además, la sentencia, a la que ha accedido Europa Press a través del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA), les condena a cada uno al pago de 300 euros en multas por dos delitos leves de lesiones.
En cuanto a responsabilidad civil, los tres condenados deberán indemnizar en 3.000 euros al joven que resultó herido de mayor gravedad, mientras que para las dos otras víctimas las indemnizaciones fijadas por el tribunal son de 750 y 360 euros.
Entre los tres condenados se encuentra el autor del mensaje lanzado por WhatsApp en el que, según recoge la sentencia en el apartado de hechos probados, convocaba a sus vecinos para ‘echar a los moros, a palos con ellos, por robar a un vecino’. El mensaje proseguía pidiendo que llevaran a la cita ‘capucha, guantes, armas blancas y una buena garrotica’. Para todo ello se daba fecha y hora.
Durante el juicio, el autor del mensaje admitido haber mandado un audio organizando una quedada para «vengar» lo ocurrido, pero insistió en que lo hizo «sin mala intención» y que él no participó en nada.
De los seis acusados, algunos reconocieron ante el tribunal haber estado en la plaza donde supuestamente se había quedado y señalaron que los que estaban con los rostros ocultos era porque iban disfrazados por ser Halloween. En su inmensa mayoría aseguraron haber estado con sus familias a la hora en la que ocurrieron los hechos.
Otro de los condenados es el que reconoció espontáneamente ante la Policía Nacional haber participado en la agresión armado con una catana, pese a que luego lo negara ante el tribunal.
Los hechos se remontan al 31 de octubre de 2018, cuando, según informó en su día la Policía Nacional, unas 15 personas decidieron tomarse la justicia por su mano organizando por redes sociales la citada agresión. Para ello, acudieron a la llamada con los rostros tapados y armados con palos y armas blancas.
Todos ellos se dirigieron hasta el edificio en construcción donde vivía la víctima juntos con otros dos inmigrantes más para ajusticiar a quienes consideraban responsables del robo con violencia que en plena calle había sufrido un anciano. De hecho, este anciano denunció en la Comisaría haber sido víctima de un robo y una agresión por parte de dos jóvenes, al parecer magrebíes.
Las víctimas solían pernoctar en una obra de un edificio abandonado, cuando presuntamente, según informó la Policía Nacional, «fueron sorprendidos por más de 15 personas vestidas de negro, ocultando su rostro con máscaras y pasamontañas, con el fin de dificultar su posterior identificación y que al grito de ‘fuera moros’, supuestamente se ensañaron con la víctima, saliendo huyendo sus dos amigos».
Del total de participantes en la agresión, la Policía acabó identificando y deteniendo a seis personas que son las que han sido juzgadas. Finalmente, la condena ha recaído sobre tres de ellos, aquellos que durante el juicio fueron reconocidos por las víctimas. El resto ha quedado absuelto.
Dos de las víctimas indicaron durante la vista que un poco antes de la agresión pasaron por la plaza y vieron a un numeroso número de personas que se les quedaban mirando. Después se produjo la agresión sin que pudieran identificar al total de participantes al llevar los rostros tapados y no haber luz ya que la agresión se llevó a cabo sobre las 23,00 horas.
El que resultó con las lesiones más graves y que sufrió la amputación una falange de un dedo de la mano izquierda se ratificó en que al único agresor que reconoció fue el que el grabó el audio organizando la quedada puesto que la voz era la misma de la persona que llevaba la voz cantante mientras recibía múltiples golpes.
Como consecuencia de la agresión, uno de los jóvenes inmigrantes sufrió policontusiones en el rostro y una fractura abierta de un dedo de la mano izquierda que acabó en amputación de una falange. Los otros dos también sufrieron diversos traumatismos por los golpes recibidos.
La sentencia no es firme y puede recurrirse en apelación ante el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA).