La Fundación de Ayuda a la Drogadicción (FAD) y BBVA han anunciado este jueves los proyectos premiados dentro del proyecto ‘Educación conectada’ que ha buscado las mejores soluciones para afrontar la nueva Educación en pandemia, propuestas por los propios estudiantes. Entre los galardonados destaca la creación de aulas hexagonales, la creación de Equipos de Protección Individual (EPI) por parte de los alumnos, o el desarrollo de una educación bimodal: presencial y a distancia y a la vez dividida en teórica y práctica.
Esta iniciativa nació de la necesidad de colaborar en el «gran reto» que supone el inicio del curso 2020/2021 para los centros escolares, bajo un escenario «incierto» y con la necesidad de combinar, seguramente en algún momento del año, la enseñanza presencial con la digital. Además, deberán repensar cómo utilizar los espacios limitados y adaptarse a las medidas de seguridad e higiene aprobadas por Sanidad y las comunidades autónomas para este entorno.
Es por ello, que desde ‘Educación Conectada’ se ha lanzó el reto ‘Repensando las aulas’ a los estudiantes universitarios para que, de forma creativa, plantearan soluciones innovadoras que pudieran inspirar a los centros escolares y docentes. Las categorías se denominaron ‘Repensando espacios’ y ‘Repensando modelos educativos’.
Este jueves, las dos fundaciones han anunciado a los ganadores de esta iniciativa que espera que sus ideas sean tenidas en cuenta en todo el país y se puedan desarrollar. La directora general de FAD, Beatriz Martín, ha destacado la actitud de la juventud actual para «poner solución a los grandes problemas». Ya lo hicieron poniéndose al frente de la lucha contra el cambio climático, ha recordado, antes de poner en valor su implicación en este reto de la vuelta a las aulas. La directora de programas sociales de BBVA, Lidia del Pozo, ha destacado, por su parte, la necesidad de contar con este colectivo en un momento que ha calificado de «emergencia educativa».
OPTIMIZAR ESPACIOS
En una rueda de prensa telemática, se ha hecho público el fallo de este concurso que en su categoría para repensar espacios ha ganado un equipo de estudiantes de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), que ha propuesto la creación de módulos hexagonales como aulas, que podrían unirse entre sí para formar espacios más grandes, según las necesidades, y con entradas y salidas independientes para los alumnos. Del mismo modo, proponen que el propio aula se divida en hexágonos, lo que permitiría optimizar el espacio y cumplir con la distancia de seguridad entre estudiantes.
Este proyecto cuenta con un premio de 2.000 euros. La mitad, 1.000, ha ganado la segunda clasificada, también estudiantes de la UPM, Marta Jiménez, quien ha presentado ante el jurado una iniciativa para que los alumnos se fabriquen su propio EPI, que en diferentes etapas podrán personalizar y adaptar a su crecimiento.
En tercer lugar, ha sido reconocida con 500 euros, la estudiante de la Universidad de Cataluña, Laura Manglano, que quiere construir mamparas baratas y sostenibles, hechas de cartón reciclado y metracrilato, adaptables a diferentes situaciones. Así, se pueden situar delante del alumnos, como actualmente en mostradores de recepción o atención al cliente; entre pupitres, para separar a los alumnos; o de un tamaño más grande, parecido a un biombo, para separar a grupos dentro de una misma clase.
Los premiados, todos estudiantes de arquitectura, han manifestado que su motivación para participar en esta iniciativa ha sido el reto que suponía, además de la responsabilidad que conlleva que se les pida soluciones a una situación a los propios implicados en la misma, es decir, a los propios estudiantes.
REORGANIZAR HORARIOS Y MATERIAS
En la segunda categoría de esta convocatoria, la dedicada a repensar espacios, el ganador, que también ha obtenido 2.000 euros, ha sido un equipo de la Universidad Carlos III de Madrid, que ha apostado por un modelo semipresencial con «rotación de grupos estables». Esto, han explicado, permite adaptar los espacios a un grupo menor de alumnos, para mantener la distancia de seguridad, y potenciar la educación online.
El segundo puesto, ha sido para la alumna de la Universidad de Málaga Esther Polo, con un modelo de «reconstrucción de horarios» en los que se dividen las clases en grupos que acuden a las aulas en turnos de mañana y tarde. En cursos más avanzados, este sistema se puede modificar para que los alumnos acudan en grupos controlados, en semanas alternas, con aulas online disponibles y con la posibilidad de acudir al centro siempre que lo necesiten para solucionar alguna materia.
Finalmente, el tercer puesto en esta categoría, se lo ha llevado un equipo de la Universidad de Mondragón, que propone una educación «bimodal», que no sólo diferencia entre presencial y a distancia, sino que propone conjugar esta situacón con una separación de las materias en dos partes: teórica y práctica.