El Banco de España dice que el PIB podría crecer hasta 2 puntos el curso próximo

El director general de Economía y Estadística del Banco de España, Óscar Arce, ha indicado este miércoles, que en el mejor escenario posible, la llegada a España de unos 60.000 millones de euros de los fondos de recuperación europeos mediante transferencias no reembolsables y ejecutadas en proyectos de inversión entre 2021 y 2023, podría aportar hasta un crecimiento adicional del PIB de dos puntos en en 2021 y 2022.

Así lo ha trasladado en un encuentro con los medios para presentar las nuevas proyecciones macroeconómicas del Banco de España, que ha empeorado la mayoría de sus estimaciones como consecuencia del mayor impacto de la crisis derivada del coronavirus.

Arce ha precisado que en un escenario de «aplicación temprana» de estos fondos (repartidos a partes iguales en 2021, 2022 y 2023), con una cifra máxima en transferencias de unos 60.000 millones de euros y destinadas en su totalidad a proyectos de inversión y no a gasto corriente y, por tanto, con un efecto multiplicador mayor, el impacto en el PIB sería de dos puntos anuales en 2021 y 2022, si bien advirtió de que se trataría del escenario más favorable, acerca del cual hay mucha incertidumbre.

El Banco de España recuerda, en un estudio publicado en su informe de proyecciones y titulado ‘El impacto macroeconómico del programa ‘Next Generation’ bajo distintos escenarios alternativos’, que a España le podría corresponder un volumen máximo de unos 140.000 millones de euros, de los cuales el 47% serían en forma de transferencias directas (unos 60.000 millones) y el resto, vía préstamos.

Con estas cifras, el Banco de España realiza cuatro escenarios posibles y mide el impacto de estos fondos de acuerdo con cada uno de ellos: el escenario 1 o el más favorable, contempla una ejecución temprana de los fondos (entre 2021 y 2023) y a través de transferencias destinadas a inversión; mientras que el escenario dos tiene las mismas condiciones en cuanto a los fondos, pero ejecutados en un plazo mayor, hasta 2026.

Asimismo, contempla otros dos escenarios adicionales. El tercero sería igual que el primero en cuanto a plazos y proyectos de inversión, pero los fondos recibidos no serían transferencias sino préstamos; mientras que en el escenario cuarto, los fondos se destinarían a gasto corriente y no a proyectos de inversión.

Además, realiza la simulación con una cifra de fondos seleccionada «arbitrariamente» de unos 10.000 millones de euros, muy alejada de los 140.000 millones que podría recibir España, de acuerdo con las estimaciones del Gobierno.

Con estas premisas, en el escenario 1 el impacto sobre el PIB de la inversión de estos 10.000 millones se movería entre dos y tres décimas anuales en 2021 y 2022, y contribuiría a reducir la deuda pública entre dos y tres décimas.

En el escenario 2, el impacto sobre el PIB se reduciría considerablemente al espaciar las inversiones y se limitaría a entre el 0,02% y el 0,13% entre 2021 y 2022, mientras que el impacto en la deuda iría entre el 0,03% y el 0,18% en esos dos años.

Igualmente, en el tercer escenario la inversión de estos 10.000 millones, que ya no serían transferencias sino préstamos, tendría un efecto sobre el PIB todavía menor, de entre el 0,14% y el 0,29% en estos dos años, y en la deuda pública, de entre el 0,1% y el 0,18%.

Por último, en el cuarto escenario, dedicados los fondos a gasto corriente y no a inversión, el impacto ya sería mucho menor y, en cualquier caso, menos de la mitad que en el primer escenario: de entre el 0,06% y el 0,19% en el PIB y de entre el 0,07% y el 0,29 en la deuda pública.

«La maximización de esos efectos depende de un conjunto relativamente amplio de factores. Por un lado, es preciso desarrollar la capacidad para desplegar nuevos proyectos, de modo que, idealmente, el grueso de los recursos del programa no sea empleado para financiar gasto que se hubiera llevado a cabo en todo caso», advierte el Banco de España, que apunta también que la implementación temprana de esos proyectos tendrá un «mayor efecto» sobre la actividad en el corto plazo, lo que debería favorecer una recuperación «más robusta» de la economía española tras el fuerte impacto de la pandemia.