La Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) del Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico, ha hecho un llamamiento a profundizar en la investigación de los niveles del ozono global y en el control de las sustancias que la agotan porque considera que se trata de un gas de «particular importancia» para la vida en la Tierra, ya que actúa como pantalla protectora del planeta.
Con motivo del Día Internacional de la Preservación de la Capa de Ozono, la AEMET señala que los últimos registros observan una disminución récord de la capa de ozono en el Ártico, una región en la que los niveles de este gas habían sido mejores que en el Hemisferio Sur.
Así, estima que los anómalos registros en el Ártico y en la Antártida en 2019 y 2020 ponen de manifiesto la necesidad de profundizar en las investigaciones y observaciones de los niveles de ozono en todo el planeta.
Se cumplen 35 años de la firma de la Convención de Viena que supuso el inicio de su protección a escala mundial de esta capa que protege a la población de los efectos perjudiciales derivados de una sobreexposición a la radiación ultravioleta, que es altamente dañina para los ecosistemas y para la salud de las personas.
La capa de ozono bloquea las radiaciones de onda corta altamente energéticas que son muy nocivas tanto para los ecosistemas como para la salud de las personas. En 2020 se ha registrado el mayor agujero de ozono en el Ártico hasta la fecha, una circunstancia atribuible a los cambios en la meteorología, entre otros factores.
Hasta ahora se había puesto el foco de estudio en el ozono antártico, donde históricamente se han registrado los peores niveles de este gas. Sin embargo, los patrones meteorológicos y de la circulación de la atmósfera están cambiando.
De esta forma, según datos de la NASA, el agujero de ozono antártico de 2019 fue uno de los menores en el registro desde 1990, con una extensión media de 9,3 millones de kilómetros cuadrados, alcanzando su máximo tamaño el 8 de septiembre con 16 millones de kilómetros cuadrados.
La protección de la capa de ozono presenta, por tanto, grandes retos como la plena implementación de los compromisos adoptados en el Protocolo de Montreal, derivado de la Convención de Viena, para la eliminación gradual de la producción y el consumo de las sustancias destructoras del ozono con el objetivo último de su completa eliminación.
Los últimos informes publicados sobre la evolución de la capa de ozono indican que los niveles de sustancias destructoras de la capa de ozono (SDO) siguen disminuyendo desde hace 20 años, y que la capa de ozono se está recuperando, observándose desde 2010 una tendencia positiva en la alta estratosfera.
Sin embargo, estos anómalos registros en el Ártico y en la Antártida ponen de manifiesto que son necesarios más estudios, pues los constantes cambios en la circulación de la atmósfera debido, entre otros, al cambio climático, pueden alterar los patrones.
Para el Ministerio, el año 2020 marcado por la pandemia del coronavirus adquiere especial relevancia el progreso que ha logrado la humanidad en este ámbito, que resulta de una acción coordinada a nivel mundial. Así, considera que la celebración del Día Internacional de la Conservación de la Capa de Ozono es un recordatorio para no dejar de combatir en España o ayudar a eliminar a través de la cooperación interancioanl, unos gases que todavía se utilizan de forma fraudulenta.
Ejemplos de este uso fraudulento son el R22, un gas usado en refrigeración y aire acondicionado altamente contaminante, cuyo uso y comercio están estrictamente regulados en la Unión Europea, y el gas CFC-11, ampliamente usado en el pasado en espumas industriales que, a pesar de estar prohibido, se han encontrado concentraciones en aumento en torno de la capa de ozono.
Mediante la acción coordinada internacional, algunas zonas del planeta la capa de ozono se ha recuperado entre el 1 y el 3 por ciento por década desde el año 2000, según el informe ‘Scientific Assessment of Ozone Depletion’, publicado por la Organización Meteorológica Mundial (OMM).
Este mismo informe indica que, proyectando esas tasas en latitudes medias del Hemisferio Norte, la capa de ozono se recuperaría completamente en la década de 2030, mientras en el Hemisferio Sur lo haría en la década de 2050. En cuanto a las zonas polares, calcula que no se recuperarían hasta el año 2060.
El 16 de septiembre de 1987 se firmó el Protocolo de Montreal, enmarcado dentro de la Convencion de Viena firmada en 1985, como respuesta coordinada al problema ambiental que representa la disminución en la capa de ozono.
En el marco de este Protocolo, los gobiernos, científicos e industria han trabajado juntos para prohibir estas sustancias dañinas y buscar alternativas.
Por este motivo, la Asamblea General de Naciones Unidas eligió en 1994 el 16 de septiembre como Día Internacional de la Preservación de la Capa de Ozono. El lema de este año para conmemorar el aniversario es ‘Ozono para la vida: 35 años de protección de la capa de ozono’, que celebra las más de tres décadas de notable cooperación internacional para proteger la capa de ozono y el clima bajo estos dos instrumentos internacionales medioambientales.
La Agencia Estatal de Meteorología vigila la Capa de Ozono en tiempo real a través de la red de espectrofotómetros Brewer instalados en La Coruña, Madrid, Zaragoza, Murcia, Izaña (Tenerife), Santa Cruz de Tenerife y El Arenosillo (INTA, Huelva), y mediante la realización semanal de ozono-sondeos en las estaciones de Madrid y Santa Cruz de Tenerife.
El Centro de Investigación Atmosférica de Izaña, situado en la isla de Tenerife, es el Centro Regional de Calibración de Ozono de la Red de Espectrofotómetros Brewer de Europa. El Observatorio de Izaña es, asimismo, una de las estaciones de medida de referencia en el mundo reuniendo las medidas más precisas de ozono.
AEMET dirige y gestiona la red EUBREWNET (European Brewer Network) red de observación de ozono mundial. En la actualidad engloba a más de 60 instrumentos instalados en los cinco continentes. AEMET mantiene esta red alojando en sus servidores en una base de datos que procesa en tiempo real las observaciones de ozono de todo el mundo y enlazándolas con la base de datos mundial de ozono (WOUDC) de Toronto (Canadá).