Recientemente se ha celebrado el Día Mundial de esta enfermedad. Una patología que en España afecta a unas 6.000 personas y en la que el farmacéutico cada vez cobra más importancia en su tratamiento, que ha mejorado exponencialmente en los últimos 20 años.
Desde el año 2012, cada 5 de septiembre la Organización Mundial de la Salud (OMS) conmemora el Día Mundial del Mieloma Múltiple, con el objetivo de informar y concienciar a la sociedad sobre este tipo de cáncer causado por una degeneración de maligna de las células plasmáticas, normalmente de la médula, y del cual se diagnostican entre 3 a 5 casos por cada 100.000 habitantes y año.
Se estima que en España hay en torno a 6.000 pacientes con esta enfermedad, aunque gracias a los avances científicos y los nuevos tratamientos, en los últimos 20 años se ha duplicado la supervivencia de los pacientes.
La primera decisión de tratamiento ante un diagnóstico de Mieloma Múltiple pasa por la posibilidad de realizar un autotrasplante de médula ósea –el trasplante desde un donante solo se recomienda en casos muy concretos. Hoy existe la posibilidad de individualizar el abordaje y cronificar la patología, debido fundamentalmente a la introducción de nuevos fármacos, como los inhibidores de proteasomas, o los agentes inmunomoduladores, aprobados hace ya más de 10 años.
Sin embargo, los medicamentos CAR-T tienen un creciente recorrido: actualmente se están desarrollando 15 ensayos clínicos internacionales con células T –extraídas del propio paciente– modificadas. Aunque con otras indicaciones, en Europa en 2019 ya se han autorizado los primeros fármacos anti-CD-19 de fabricación industrial de este tipo de terapia avanzada.
En ese contexto, una vez establecido el diagnóstico de Mieloma Múltiple y el tratamiento por el hematólogo/oncólogo, el farmacéutico, como profesional sanitario experto en el medicamento, se erige en una pieza fundamental, ya que debe velar por el uso seguro y eficaz de los mismos para que los pacientes alcancen el máximo beneficio clínico. Esto es aplicable tanto en el entorno hospitalario, donde acudirán los pacientes a recibir los ciclos de quimioterapia o a la realización de un trasplante de progenitores hematopoyéticos, como, con igual o mayor relevancia, en el ámbito comunitario.
Vitales en el día a día
“Y es que el farmacéutico comunitario conoce toda la medicación que utiliza un paciente ambulatorio, no sólo la medicación prescrita frente al mieloma, sino también los tratamientos para enfermedades concomitantes, medicamentos que no necesitan prescripción, el uso de complementos alimenticios, etc. Porque, a pesar de que puedan requerir ingresos hospitalarios frecuentes, los pacientes con diagnóstico de Mieloma Múltiple van a estar en tratamiento crónico ambulatorio la mayor parte del tiempo y, con seguridad, van a ser tratados con más de un fármaco para el tratamiento del propio mieloma y para el manejo de otros síntomas”, explican desde la Organización Farmacéutica Colegial.
Al respecto, esta institución ha desarrollado el Punto Farmacológico 144, que revisa en profundidad el conocimiento actual de esta enfermedad, abordando aspectos como su tratamiento o el papel asistencial del farmacéutico para con los pacientes de esta enfermedad.