El Estado, a través del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), tendrá con toda probabilidad presencia en el accionariado de la entidad resultante de la integración de Bankia en CaixaBank, informaron en fuentes al tanto de la negociación.
De este modo, el FROB, que actualmente posee el 61,8% de Bankia y que pasará a tener en torno al 15% de la entidad resultante, estará presente en el máximo órgano de gobierno de la que será la primera entidad de banca doméstica en España y podrá influir en su gestión. Aún no está definido el número de asientos que ocuparán los representantes del Fondo público encargado del rescate de las entidades bancarias, aunque podría ser de dos.
El mismo día en que trascendieron las negociaciones entre CaixaBank y Bankia, el FROB afirmó que estudiará la eventual fusión de CaixaBank con la entidad nacionalizada atendiendo fundamentalmente a factores como la generación de valor y la optimización en la recuperación de las ayudas proporcionadas en el rescate.
El rescate de Bankia en 2012 implicó la inyección de unos 24.000 millones de euros en ayudas públicas, de las que el Estado ha recuperado hasta la fecha algo más de 3.000 millones tras la enajenación de dos paquetes accionariales y vía dividendos.
La integración permitirá al Estado desinvertir y recuperar parte de las ayudas, y al asegurarse presencia en el consejo de administración el FROB puede supervisar que la gestión es la adecuada para maximizar la recuperación de las cantidades que queden pendientes.
La vicepresidenta tercera y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño, ha recibido este martes al presidente de la Fundación La Caixa, Isidro Fainé, con quien con toda probabilidad ha abordado los temas pendientes relativos a la absorción de Bankia.
La Fundación Bancaria La Caixa, presente en el capital de CaixaBank a través de Criteria, ha puesto como línea roja que la participación de CaixaBank en la entidad resultante no se reduzca por debajo del 30%, de lo contrario perdería ventajas fiscales y debería asumir ciertos «costes de ruptura» que harían menos ventajosa la operación.
Se espera que en los próximos días se reúnan los respectivos consejos de administración de ambas entidades para, además de dar el visto bueno a la operación, definir la ecuación de canje, el reparto interno de poder, el organigrama y la ciudad donde se situará la sede social del banco.
La integración de ambas entidades, tercera y cuarta del sector financiero español, daría origen a una entidad con activos por valor de 650.000 millones de euros, unas 6.600 sucursales (4.400 la entidad de origen catalán y más de 2.200 la entidad nacionalizada) y una plantilla conjunta superior a los 51.000 empleados (casi 35.600 CaixaBank y unos 16.000 Bankia).