José Yusty Bastarreche, el juez contrario a la memoria histórica que paralizó en febrero de 2019 la exhumación de Francisco Franco del Valle de los Caídos, se ha jubilado de forma voluntaria.
Así lo publica hoy el Boletín Oficial del Estado, que recoge el acuerdo adoptado el pasado viernes por la Comisión Permanente del Consejo General del Poder Judicial, por el que se declara la jubilación voluntaria del magistrado.
Conocido en la carrera judicial por su perfil conservador, Yusty estaba desde 1998 al frente del Juzgado de lo Contencioso-Administrativo número 3 de Madrid y ejerce como profesor de derecho administrativo en la Universidad Autónoma de Madrid (UAM).
El magistrado madrileño, hijo del almirante franquista gallego José Yusty Pita y nieto del también almirante franquista Francisco Bastarreche Díez de Bulnes, se manifestó en varios artículos en contra de la ley de Memoria Histórica, de la que aseguró que representaba «el ansia de venganza y el odio de los vencidos de la Guerra Civil».
Una de sus decisiones más sonadas fue la paralización de la licencia de obras para el levantamiento de la losa que sepultaba a Franco para extraer sus restos mortales a instancias del Gobierno de Pedro Sánchez.
En febrero de 2019 y sin escuchar a la Abogacía del Estado, Yusty aceptó las medidas cautelarísimas dirigidas contra el informe del Ayuntamiento de San Lorenzo de El Escorial en relación a la licencia para levantar la losa de la tumba y proceder al traslado de los restos mortales.
Finalmente la exhumación y reubicación del cadáver de Francisco Franco se hizo efectiva el 24 de octubre de 2019 en el cementerio Mingorrubio de El Pardo. Se hizo después de que Yusty archivara el recurso que paralizaba exhumación.
La paralización se produjo después de que Yusty se hubiera pronunciado en un artículo en contra del Gobierno por querer «revivir todos los hechos que llevaron a la Patria a aquellos momentos difíciles».
El pasado junio, Yusty rechazó la petición de la asociación de Abogados Cristianos de retirar la pancarta con los colores del colectivo LGTBi de la fachada del Ayuntamiento de Alcalá al incidir que este emblema no es una bandera que «no entra en competencia» con las enseñas oficiales.