ArcelorMittal no vislumbra un escenario de reapertura «pronto» de la ACB de Sestao –parada desde el pasado mes de marzo– porque la situación sigue siendo «muy adversa y no hay mejoría en el mercado de los aceros especiales». Por contra, la planta de Etxebarri funciona «a buen ritmo», ya que el mercado de la hojalata no se ha visto tan afectado por la crisis económica derivada de la pandemia.
Según han informado a Europa Press fuentes de la multinacional, los trabajadores de la ACB están sujetos a un ERTE vigente para todas las plantas de Arcelor Mittal en España hasta el 31 de diciembre de 2020, que se puso en marcha el pasado mes de mayo derivado de la situación por causas productivas y económicas. Esta crisis también ha afectado a otras instalaciones del grupo como las de Asturias, con un horno alto parado.
En el caso de la acería de Sestao, solamente hay un retén mínimo de personal de mantenimiento y «no hay una recuperación que se traslade a la demanda», por lo que, «de momento, las previsiones para Sestao es que siga parada, porque no se dan las condiciones para poder arrancarla de nuevo», han indicado las citadas fuentes, para insistir en que «no hay visibilidad» de un cambio de situación, como tampoco lo hay para la fábrica de Asturias para el último trimestre.
Según han explicado desde la multinacional, se va arrancar un horno alto que estaba parado en Asturias, movimiento asociado a que para uno de los hornos altos de Gante (Bélgica) y, «para ese tiempo de remodelación que van a ser, en principio, tres meses, se reabre el horno asturiano para poder abastecer a clientes».
«Esta reapertura tiene carácter temporal. El horno asturiano lleva parado desde que empezó la pandemia, todavía no hay recuperación de demanda y no hay tampoco visibilidad a medio plazo de cuándo se podría producir la reapertura», han manifestado.
Los principales clientes de la ACB de Sestao son la automoción y la industria, mercados que se han visto «muy resentidos», a lo que se une los altos precios de la energía eléctrica. «El coste de energía y la situación de una drástica caída de la demanda en Sestao, que ya tenía una rentabilidad mínima, –contaba con un plan de negocio adaptado a la producción de aceros especiales con una reducción de producción–, en 2019 tuvo un resultado negativo y en 2020, con el impacto de la pandemia, ha tenido que parar», ha explicado.
A pesar de los datos que apuntan a una cierta recuperación del sector de la automoción, en ArcelorMittal no han apreciado que esa supuesta mejora se traslade a la producción de sus acerías. «Tenemos una de las dos líneas de galvanizado paradas y el resto de instalaciones está funcionando al 50%», han indicado.
Además, han apuntado que a estos factores se une el «perjuicio» que les supone la importación de acero procedente de fuera de Europa, con productores de Turquía o China, que ofrecen precios más bajos. «La poca demanda que hay, lógicamente, busca el precio más barato, lo que está afectando también a Sestao», han precisado.
ETXEBARRI
Distinta es la situación de la fábrica de ArcelorMittal en Etxebarri (Vizcaya), que está funcionando «casi a plena capacidad» porque el mercado de la hojalata, que se destina a los fabricantes de envases para la industria agroalimentaria, es uno de los que se ha mantenido «bien», por lo que el impacto de ERTE del Grupo en esta fábrica es «muy limitado».
«Se está trabajando a buen ritmo, con buena producción y no está siendo necesario recurrir al ERTE en líneas generales. No llega al 100% la producción, pero está a muy buen ritmo de producción y sin problemas en cuanto a demanda», han añadido.
La incertidumbre de la situación y la falta de visibilidad de cómo se puede recuperar el mercado y la expectativa de una segunda oleada económica por confinamientos, etc, dificulta las previsiones de ArcelorMittal, que tendría que negociar otro ERTE a partir del 31 de diciembre si la situación no permite reabrir las instalaciones paradas.