Ya se acaba el verano y es momento de comenzar con la rutina y volverse a poner los pantalones y camisas, pero notas que tienen más dificultad para abrocharse o para entrar. La barriga cervecera, consecuencia de los excesos estivales, es la que está haciendo que parezca que tu ropa encoge. Seguro que te has pasado con la cerveza en vacaciones.
Pero no es la cerveza la que hace que hayas almacenado unos kilitos durante este mes de descuido ni que hayas añadido una X a tu talla habitual de camiseta. Hay otras muchas razones por la que esto ha pasado y no ha sido el zumo de cebada el que te ha causado este efecto. Vamos a analizar qué hábitos has tenido para aumentar tu barriga cervecera.
4Cómo te afecta si eres joven
También la edad es otro factor con el que hay que contar para valorar la posibilidad de tener tripa cervecera. Las personas jóvenes no suelen ser propensas a que su organismo guarde grasa de forma tan brusca como lo hacen los cuerpos más mayores.
Todos los órganos pueden metabolizar de una forma más sencilla las grasas cuando eres joven y eres más activo. El metabolismo es más rápido y el peso suele ser más estable, de esta manera, a no ser que haya otro problema, al beber cerveza, se queman las calorías de forma rápida.