Las luchas del siglo XIX entre el norte y sur en Estados Unidos, con la abolición de la esclavitud, serán las protagonistas del inicio de temporada del Teatro Real este próximo 18 de septiembre con ‘Un ballo in maschera’, la obra de Giuseppe Verdi resultado de la censura.
«(Esta versión) cuenta con un componente racial muy fuerte que explica la suerte en Estados Unidos de Riccardo, el conde protagonista de la obra, y resalta la situación de la gente de color. Y ya sabemos como están las cosas en ese país actualmente», ha señalado el director de escena Gianmaria Aliverta, responsable de trasladar la situación al siglo XIX.
El director musical, Nicola Luisotti, ha explicado que esta obra es el resultado del «sueño» de Verdi, quien rozaba la obsesión por poner en pie una ópera del ‘Rey Lear’ de Shakespeare. No obstante, el tema del magnicidio no estaba bien visto en la época –menos aún en el Teatro de San Carlo de Nápoles, donde solía estrenar–, por lo que fue modificando su proyecto.
Ni siquiera el mover su libreto a un teatro de Roma le salvó de cambios en un texto que hablaba del asesinato del rey Gustavo III de Suecia durante un baile de máscaras. Verdi tuvo que trasladar la corte sueca a Boston y el Rey pasó a ser Riccardo, el conde de Warwick. La obra es una mezcla de temas amorosos y políticos.
«Verdi nunca se habría interesado por un libreto que hablara solo del amor si no hubiera habido detrás un fondo político. Él fue diputado y senador, aunque es verdad que poco implicado en las batallas políticas. Pero las arias de sus óperas sí que fueron la banda sonora del pueblo italiano mucho tiempo», ha explicado Aliverta.
El baile de máscaras sirve para enlazar con la actualidad de la crisis sanitaria por el coronavirus. ‘Un ballo in maschera’ supone el regreso de la ópera al Real tras la reapertura de puertas del pasado mes de julio con ‘La traviata’ y su director de escena ha aprovechado para que el reparto tenga mascarillas personalizadas que reproducen las caras de los cantantes.
«Vengo de la región más golpeada por la pandemia (Lombardía) y puedo imaginar cómo se sienten los españoles. Por encima de todo está el respeto a la ley, a las reglas y saber que las vidas humanas son lo que más cuenta. Va a ser un espectáculo a todos los efectos con el que esperemos la gente se pueda olvidar de la pandemia», ha defendido Aliverta.
En las funciones –patrocinadas por Fundación Telefónica– el coro contará con una distancia de 1,5 metros de seguridad, habrá un entreacto de 30 minutos y el aforo máximo será del 65% (en torno a 1.200 butacas), pese a que la ley permite un 75%. «La finalidad de todas estas medidas es que la gente se sienta cómoda», ha asegurado el director general del Teatro Real, Ignacio García-Belenguer.
«Para mí es un espectáculo casi al 100%. En lo único quizá que no se cumple la adaptación original sería en el dueto de amor entre Riccardo y Amelia, que lógicamente ni se besarán ni se acercarán», ha ironizado el director de escena italiano.
‘Un ballo in maschera’ también contará con tres pantallas exteriores para la retransmisión en director el día de función y, por primera vez, habrá un preestreno dirigido solo para menores de 35 años el próximo 16 de septiembre.
‘LA TRAVIATA’, OBJETIVO CUMPLIDO
García-Belenguer ha mostrado su «satisfacción por los objetivos sanitarios y artísticos» conseguidos el pasado mes de julio con la reapertura de puertas tras el confinamiento. Así, con las 27 representaciones de ‘La Traviata’ se vendieron 20.000 entradas y se recaudó dos millones de euros por este concepto.
«Desde el punto de vista artístico se cumplió con creces y también con la seguridad sanitaria. Tenemos que ser prudentes pero hay que dar este impulso y manifestación de apoyo a la cultura para una vuelta a la normalidad lo antes posible. Seguimos trabajando en ello», ha concluido el director general del Teatro Real.