La temporada 2019-2020 llegó a su fin para el Real Madrid. Con dos títulos en la bolsa, LaLiga y la Supercopa de España, y dos eliminaciones muy dolorosas, en Champions League y Copa del Rey; el equipo merengue tuvo una campaña muy aceptable, que se magnifica por lo eficaz que cerró su participación en el campeonato liguero y como le remontó al Barcelona para quedarse con el título. Sin embargo, la dura salida de Europa dejó una herida que sacó a relucir algunas falencias que tuvo Zidane durante esta campaña que lo dejan muy señalado de cara al futuro.
Al técnico francés se le reconoce, tanto la prensa como la afición, que su plan formulado tras el retorno del parón por el coronavirus dio un resultado más que optimo; porque no solo convenció a sus jugadores de que había que ganar y ganar, sin preocuparse por el juego, sino que además armó el equipo desde atrás. No obstante, pese a esa buena maniobra que significó un gran título, que además se le quitó al máximo rival, el Real Madrid falló en dos momentos puntuales y en los dos quedó muy mal parado el técnico galo por decisiones muy polémicas y una planificación a las que se le vieron las costuras justo en escenario más importante.
Una mala gestión de Zidane con la plantilla
Zidane siempre se caracterizó por saber como llevar la plantilla. Todos sus éxitos los consigue con mucha astucia, con una plantilla que cree fielmente en su discurso y que además agradece que sepa como «controlarlos» con ciertas «libertades». Pero, a ese grupo de hombres que son de su confianza, también se le une un pequeño grupo que no cuentan para nada y que al final de campaña se quedaron como un peso muy difícil de cargar.
Hombres como Gareth Bale, James Rodríguez, Mariano Díaz, Brahim Díaz y, en menor medida, otros como Luka Jovic, Militao o Vinicius estuvieron siempre fuera del radar del entrenador francés. Cierto que en la mayoría de los casos pidió que varios de esos jugadores salieran del Real Madrid, pero al quedarse en la plantilla lo más sensato es que los usara.
Si bien James pidió que no lo llamaran más y Bale se dejó ir en al intrascendencia, Zidane es el entrenador y parte de su trabajo era encargarse de que, si ya se quedaron, utilizarlos de la mejor manera para el equipo. Futbolistas con esa calidad serían claves en cualquier otro equipo, pero el estratega galo los dejó en casa o en la grada llevando polvo cuando en partidos trascendentales, como ante el Manchester City, no contaron.
Decisiones fatales en los juegos
Además no solo es que dejara perder a varios jugadores, también está el hecho de que a algunos como a Vinicius no los usara cuando el partido pedía sus características. La eliminación del Real Madrid ante el City dejó patente que con Hazard tiene una fe plena, pero si el belga no rendía debió darle entrada a Vinicius; no obstante, el joven brasileño ni calentó para entrar.
En ese sentido, algunos cambios siempre tardíos y cuestionables hacen salir algunas dudas que se tienen con él; eso sin contar que algunos equipos les crearon problemas que se pudieron solucionar con algunos cambios tácticos o introduciendo otras piezas, pero Zidane permaneció inmóvil sin contrarrestar el plan ni dar vuelta la situación. Frente a los de Guardiola se vio eso claramente, en Liga frente al Granada o el Espanyol (aunque allí se ganó) también se pudo ver.
Un Real Madrid sin grandes estrellas
Otro de los males del francés esta campaña con el Real Madrid cae en el hecho de la falta de más estrellas que lleven el barco. La planificación queda a deber si lo que se trae son puros jóvenes por hacer, que pueden aportar; pero no tienen la experiencia para tirar del carro. Realmente no parece un discurso para un Madrid plagado de estrellas, pero es que Cristiano era mucho Cristiano y con Sergio Ramos, Benzema y ahora Courtois es muy poco para jalar todo. Hazard era esa estrella pero no compareció esta campaña y aunque sonaron varios como Pogba, Mbappé o Neymar ninguno llegó y quedó claro que para ganar la Champions alguna de esas estrellas hizo falta.
Es innegable que por títulos y victorias, Zidane es un entrenador ganador y muy capaz; sin embargo, son esos detalles que no terminan de conseguir que convenza a todos. Su calidad, su inteligencia y sus milagros van aumentado con los años, pero deberá resolver esos pequeños aspectos para adueñarse completamente dentro de una élite de grandes entrenadores en la que está instalado desde hace tiempo. Con su magia y con un buen equipo no cabe duda que podrá lograrlo.