Bartomeu hizo todo lo humanamente posible para perder las elecciones que se efectuará en el Barcelona en marzo del año que viene. El actual presidente culé cometió muchas pifias tanto en lo deportivo como en lo extradeportivo que le costaron sortear un año sin títulos. Lo peor no fue terminar sin copas, lo más triste es finalizar la temporada con la humillante derrota 2-8 ante el Bayern de Múnich en los cuartos de final de la Liga de Campeones. El jerarca culé cavó su propia fosa para no poder lograr la reelección. Nunca optó por mejorar cada día su gestión se ponía peor.
En materia de fichajes, Bartomeu no dio en el clavo. Dejó ir a Neymar para traer a Dembélé y el francés no ha jugado ni 100 partidos con el Barcelona. A solo dos semanas de debutar se lesiona y más fueron las veces que fue señalado para marcharse que ser parte fundamental de Valverde, quien era su entrenador cuando llegó a la entidad. No solo eso, ficha a Coutinho por una cifra estratosférica y el brasileño tuvo un rendimiento muy irregular para terminar cedido en el Bayern donde tuvo una temporada más que aceptable.
El “Barçagate” le terminó de hundir
El 2020 comenzó fatal para Bartomeu. Se pierde la Supercopa en Arabia Saudita, ficha a Quique Setién tras despedir a Valverde en contra de lo que querían los jugadores y para colmo de males se destapa una olla podrida de su gestión y es la manipulación de campañas orquestadas para perjudicar a propios jugadores de la entidad y de equipos contrarios por laboratorios comunicacionales en las redes sociales que fue bautizado como el “Barçagate”, hecho que terminó de separar a la plantilla con la directiva al punto que Messi pidió la cabeza de Abidal, porque el galo hizo unos comentarios nada agradables.
Además para colmo de males quiere reemplazar a Luis Suárez por un jugador de sunga categoría como lo es el danés Martin Braithwaite, quien llegó en extremis para poder llenar el vacío del uruguayo, que estaba recuperándose de una lesión de rodilla. Bartomeu no podido tener una gestión exitosa. Su mandato está lleno de hechos insólitos que solo han perjudicado al barcelonismo; eso los socios lo saben y la afición se lo reclama cada día. Ahora intenta mejorar las cosas con Koeman, pero su política de fichajes es la misma y esto puede terminar peor aún.
Retuvo a Messi
La debacle de la gestión de Bartomeu llegó con el anuncio de la marcha de Messi. Tal noticia tuvo repercusión mundial y por ende el rechazo de cientos de millones de personas. Por dos semanas el presidente del Barcelona fue el personaje más odiado del planeta. Gracias a una “triquiñuela” jurídica impidió que el ídolo culé se marchase, pero lo que no podrá evitar que se vaya en el verano del año que viene gratis. Bartomeu perdió la oportunidad de obtener buen dinero por Messi y además tres jugadores de postín como los que ofrecía el City.
Pues bien salvó su pellejo ante los socios y la afición, pero perdió la oportunidad de ir reestructurando al club en camino a una era post Messi y ahora deberá encarar una temporada sin capacidad financiera para comprar jugadores de calidad y además tendrá que ser muy modestos con aquellos que se pueda contratar, pues debe salir bien en la auditoria que están por ejecutarle. No en balde dejó ir a Arthur a la Juventus. La salida del brasileño no fue deportiva, fue una estrategia de oficina para obtener dinero.
Ahora Bartomeu tiene seis meses para lavar su cara. Una buena campaña de Koeman en el banquillo y algún título conquistado podrían evitar su quiebre político, aunque luce imposible pues la otra fórmula política viene con el apoyo de Xavi, Puyol e Iniesta en una nueva directiva.