La jugadora española de voley playa Liliana Fernández-Steiner se muestra ilusionada por su participación, junto a Elsa Baquerizo, en sus terceros Juegos Olímpicos, los de Tokio del año que viene, y a los que ya no van «a ver qué pasa» porque tienen claro que podrían ser los últimos de una carrera deportivas en la que una medalla en la capital japonesa sería «el mayor de los regalos».
«A unos terceros Juegos ya no vas a ver qué pasa, ya sabes lo que te espera y vas con las ideas más claras de lo que quieres y ya está más enfocado al nivel deportivo, a dar el máximo, a disfrutar, sin dejar nunca de disfrutar, pero sí a dejarlo todo porque, obviamente, ya tengo 33 años, Elsa también, y no sabemos si vamos a poder clasificar para unos cuartos y no vas a dejar esa baza para los siguientes», señaló Fernández-Steiner en una entrevista al COE.
La alicantina insistió en que habrá que «dejarlo todo en el campo, sin pensar que pueden ser los últimos, pero sí tomarlos como un reto». «No somos las favoritas, por lo que no tenemos la presión de tener que venir con una medalla, y podemos disfrutar más y por qué no dar una sorpresa», confesó.
Lo que tiene claro es que su sueño sería retirarse «con una medalla olímpica». «Para mí, clasificarme para Londres ya fue un sueño hecho realidad, y si ahora pudiera conseguir una medalla olímpica junto a Elsa y junto a Sebas (Menegozzo, su entrenador) sería el mayor de los regalos», remarcó.
«Y aunque no la consiguiera, estaría muy satisfecha con la carrera deportiva que hemos llevado, con todo lo que hemos conseguido, con todo lo que hemos vivido por el camino. Si por cualquier circunstancia tuviera que retirarme a día de hoy, estaría súper satisfecha con lo que hemos hecho, con lo que hemos conseguido y con el camino que hemos abierto en el vóley playa para otras niñas que se hayan fijado en nosotras y que quieran seguir ese camino», aclaró la española.
Esta no olvida que el aplazamiento de Tokyo 2020 fue «un golpe duro», sobre todo porque ella y su pareja habían decidido tras haber asegurado el billete olímpico «no hacer parón y seguir entrenando para estar rodadas y empezar a competir en marzo».
«Ese año y medio, dos años sin parar, es beneficioso porque vas aprendiendo y nunca te paras ni vas para atrás porque no dejas de estar en contacto con el balón y lo tienes todo más fresco, las soluciones te salen más rápido y todo es más fácil. Cuando vienes de un parón, tienes que pensar más las cosas y repetirlas muchas veces», indicó la alicantina.
Por ello, la jugadora que puedan competir «desde marzo hasta los Juegos» ya que con el entrenamiento que están haciendo desde el pasado mes de mayo les está ayudando. Entonces ni perjudica, ni beneficia, lo importante es llegar con competiciones y jugar competiciones previas a los Juegos creo que va a ser lo determinante y se va a notar tanto en nosotras como en otros equipos», advirtió, apuntando al Campeonato de Europa de septiembre como «el objetivo principal» de la temporada.
Madre tras competir en Rio 2016, Liliana Fernández-Steiner admite que compagina el cuidado de su hijo Saúl con su vida deportiva «como se puede». «No solo por el hecho de ser deportista, sino que cualquier mamá que trabaje fuera de casa y que viaje lo tiene igual de complicado que yo», recalcó.
«Es verdad que el hecho de que sea deportista me lleva a un desgaste físico que sí que noto porque duermo peor y descanso menos. Mi equipo se porta muy bien porque tanto Elsa como Sebas se adaptan a mí y mi marido también porque sus horarios van en función de mis entrenamientos. Con un poco de ayuda de todos puedo seguir adelante con el deporte, pero al principio fue muy difícil encajarlo todo y además ya no siempre la prioridad es el deporte», sentenció.