El ciclista francés Julian Alaphilippe (Deceuninck-Quick Step) se emocionó al cruzar la meta de la segunda etapa del Tour de Francia en Niza, por acordarse de su padre fallecido el pasado 27 de junio, con una victoria que le viste de amarillo cuando ya no lo esperaba.
«No había ganado ninguna carrera este año hasta hoy. Pero he seguido trabajando duro, también en los momentos difíciles que me ha tocado vivir. Esta victoria es para mi padre», dijo tras su triunfo al sprint, después de un segundo día de mucha montaña.
«Había pedido a Devenyns endurecer en el Col d’Èze y después Jungels ha hecho lo propio al pie de la última ascensión para que yo diera el máximo hasta la cima. Ha costado hacer hueco, pero con la colaboración de Marc Hirschi y Adam Yates lo hemos logrado. Hemos logrado mantener la ventaja hasta el último kilómetro y una vez ahí hemos especulado, pero he logrado imponer mi punta de velocidad», añadió Julian Alaphilippe.
El galo, uno de los grandes protagonistas del pasado Tour, reconoció que no esperaba volver a vestir de amarillo ya en la segunda etapa. «Estoy acostumbrado a la presión, pero reconozco que me ha venido bien la victoria. Echaba de menos ganar. Está bien conseguir además el maillot amarillo. Es prestigioso, es mítico. No me imaginaba volver a vestirlo después de haberlo llevado tantos días el año pasado, y lograrlo ya en la segunda etapa es increíble», terminó Julian Alaphilippe.