Messi está cabreado. El argentino terminó la temporada sin títulos y esto es la gota que rebasó el vaso. Con la humillación ante el Bayern, el divorcio con la directiva y el distanciamiento con Setién, terminaron por hacerle abrir los ojos y entender que su ciclo con el Barcelona ha concluido y es momento de marcharse para aceptar la oferta de un Inter de Milán que están ansioso de recibirle con los brazos abiertos para que juegue en la Serie A. La gran tarea de Bartomeu será convencer al crack blaugrana a no irse y esperar la renovación de un equipo que está por los suelos.
Messi está cansando. Esta temporada el equipo fue muy irregular. El desastre no solo fue en lo deportivo, también estuvo en la directiva, la cual estuvo señalada todo el año por sus desaciertos con los fichajes, en el despido de Valverde y en los escándalos extra deportivos, que terminaron pesando en el rendimiento de la plantilla en especial en el argentino que siempre se vio fastidiado en la cancha cuando no le salían las cosas. Para el 10 culé es el momento de meditar y ver el panorama, pues no encaja en el desastre que ha formado Bartomeu desde las oficinas.
Desde hace varias semanas se ha estado especulando con su marcha. La derrota ante el Madrid en LaLiga fue el primer aviso para pensar con su salida. Messi no aguanta otra temporada más con Bartomeu desde la presidencia. De ganar la plancha del actual presidente azulgrana, de seguro será el detonante para que “La Pulga” acepte la oferta de los neroazurros y comience una nueva era en la liga italiana antes de dar por terminada su histórica carrera.
¿Se marchará Messi?
Hasta ahora no hay nada en concreto. Los escenarios están pintados para que así sea. Messi quiere conseguir un último objetivo antes de colgar los botines y es ganar su quinta Liga de Campeones, pero el sudamericano sabe que con la actual plantilla del Barcelona. Él sabe que con este equipo no hay posibilidades y la directiva no tiene presupuesto para ir al mercado de fichajes para contratar a lo mejor que esté disponible. No es un secreto que el argentino está loco porque Neymar regrese, pero el club no tiene la capacidad económica para complacerle.
Además con el Inter, Messi tendría una nueva oportunidad de resurgir y ser el número 1. Es cierto Messi es uno de los mejores en la historia del fútbol, pero en la actualidad no es el jugador principal y eso es lo que quiere, quiere ser el más influyente, el imbatible y eso en Barcelona no lo está consiguiendo. La partida del argentino no sería por dinero, sería por orgullo, sería para lograr una despedida acorde con su grandeza.