El historiador Julián Casanova, quien publica ‘Una violencia indómita. El siglo XX europeo’ (Crítica), cree que, pese a que la actual pandemia de coronavirus «no es una guerra», tiene «muchas características de las posguerras y de las quiebras» de sociedades.
«Lo que ha venido es muy duro y va a tener muchas consecuencias y secuelas como ocurre con las posguerras. Aunque es verdad que el lenguaje bélico quizás no es el más apropiado. Si esta pandemia hubiera venido en momentos en que los Estados no hubieran tenido la fuerza que tienen, las consecuencias habrían sido más nefastas», ha explicado en una entrevista con Europa Press el historiador.
En ‘Una violencia indómita’ Casanova repasa el siglo anterior con el hilo conductor de los hechos más crueles de la época, situando a finales del XIX como el comienzo de esa historia. El anarquismo y las rebeliones individuales del inicio derivaron en los grandes movimientos de masa, con el magnicidio como «la violencia que probablemente más impacto tuvo» en esos primeros años.
La llegada de movimientos como el comunismo o el fascismo coparon la primera mitad del siglo XX, a los que Casanova atiende en sus páginas a través de sus principales líderes, pero también continúa el repaso en décadas posteriores hasta llegar a figuras sanguinarias como Nicolás Ceacescu o Slobodan Milosevic.
«Quizás Milosevic sea el único que conecta la violencia de la nación con el radicalismo de identidad y las políticas de exclusión en una sola persona. Se podría decir que es una síntesis de muchas de las cosas que han pasado en Europa en el siglo XX», ha señalado.
Precisamente, la cronología del libro termina con el año 2019 con la exhumación de los restos de Franco del Valle de los Caídos. «No creo que el hecho de que no hubiese antes esta exhumación quiera decir que en España no se había acabado con la dictadura. O que el siglo XX solo acaba cuando se cierran las cicatrices», ha matizado.
«Simplemente es una visión que demuestra lo difícil que es tener lecturas libres del pasado, porque todas están mediatizadas, bien por fiestas, conmemoraciones o calles. Ahora por ejemplo está volviendo el tema colonial. Y lo que pasa es que hay toda una batalla política por el pasado», ha señalado.
Pese a ello, reconoce que hoy en día «es mucho más difícil ocultar los hechos que antes», señalando que la llegada del mundo digital y audiovisual ha conllevado también un cambio en la labor de los historiadores. «Ahora la Historia ya no es un relato de reyes, batallas y hacer una cronología. Lo que le toca al historiador hoy en día es poner en contexto», ha defendido.
También recuerda Casanova que las tendencias históricas ayudan «a entender el presente y a veces a proyectar». «Creo por ejemplo que el próximo conflicto mundial va a ocurrir fuera de Europa. Y no me atrevería a afirmar que este siglo transcurrirá más pacífico que el XX, aunque hasta ahora haya sido así –por mucho que se quieran buscar paralelismos–«, ha destacado.
‘¿QUIÉN MATÓ MÁS?’
En su libro, este catedrático de Historia dedica varios apartados a hablar de la violencia sexual contra las mujeres. «Los grandes olvidados de estos conflictos fueron las mujeres y los niños, porque la guerra era cosa de hombres. En toda esta historia político diplomático militar tenían muy claro quienes eran los actores», ha lamentado.
Asimismo, el comunismo surge como el movimiento más presente en este periodo, ya que «fue el que más consiguió expandirse de forma internacional. «A mí no me interesa quién mató más, un tema recurrente en las tertulias. Eso sí, nadie oculta el terror rojo o los muertos del comunismo y es verdad que una parte de la izquierda se tragó que había un paraíso terrenal donde en realidad había una dictadura», ha concluido.