Los ministros de Asuntos Exteriores de Italia y España, Luigi Di Maio y Arancha González Laya, respectivamente, han expresado este martes su apoyo a una solución al conflicto libio que pase por el diálogo entre los actores sin injerencias externas.
«Libia se encuentra en el momento de la verdad, no hay solución militar para Libia ni una solución importada y sobre todo no hay tiempo que perder», ha dicho González Laya en una rueda de prensa junto a Di Maio, con el que se ha reunido en Milán precisamente después de viajar a Libia.
La ministra española ha subrayado la importancia de impulsar un alto el fuego definitivo y de reanudar la producción petrolera para impulsar la economía. Por su parte, Di Maio ha destacado la importancia de consolidar el alto el fuego y apostar la desmilitarización y ha elogiado el papel de Marruecos.
Además, ha subrayado que aunque a Italia se la ha «acusado a veces de desempeñar papel ambiguo para con Libia», lo que ha hecho siempre es intentar impulsar el diálogo. «No tenemos que engañarnos pensando que será un camino fácil pero no hay tiempo que perder», ha añadido.
González Laya transmitió este lunes su posición a los principales actores del conflicto: se reunió con el presidente del Consejo Supremo del Estado, Jaled al Mashri; con el presidente del Gobierno de Acuerdo Nacional (GNA), Fayez Serraj; con el ministro de Exteriores, Mohamed Tamer Siala; y con el presidente de la Cámara de Representantes –el Parlamento asentado en el este del país–, Aguila Salé.
Preguntada sobre si España se decidirá a aportar medios a la operación naval europea ‘Irini’, destinada a hacer cumplir el embargo de armas a Libia, ha afirmado que España ya participa pero «con personal de apoyo».
En su reunión, González Laya y Di Maio han abordado también la situación en el Mediterráneo Oriental, un ámbito en el que ambos han dado su apoyo a la mediación entre Grecia y Turquía por parte del Alto Representante de la UE para Política Exterior y Seguridad Común, Josep Borrell, y de Alemania.
También han abordado la política de inmigración europea, teniendo en cuenta que ambos son países de primera entrada de inmigrantes, el fondo europeo de recuperación y las relaciones bilaterales entre ambos países.