Una quinta parte de las emisiones de dióxido de carbono proviene de las cadenas de suministro globales de las empresas multinacionales.
según un nuevo estudio dirigido por el University College de Londres (UCL) y la Universidad de Tianjin, en China, que muestra el alcance de la influencia de las multinacionales en el cambio climático.
El estudio, publicado en ‘Nature Climate Change’, mapea las emisiones generadas por los activos y proveedores de multinacionales en el exterior, y encuentra que el flujo de inversión es típicamente de países desarrollados a países en desarrollo, lo que significa que las emisiones se subcontratan de hecho a las partes más pobres del mundo.
La investigación muestra el impacto que pueden tener las multinacionales fomentando una mayor eficiencia energética entre los proveedores o eligiendo proveedores que sean más eficientes en carbono. Los autores propusieron que las emisiones se asignen a los países de donde proviene la inversión, en lugar de a los países donde se generan las emisiones.
El profesor Dabo Guan, de la Bartlett School of Construction & Project Management del University College de Londres, explica que «las empresas multinacionales tienen una enorme influencia que se extiende mucho más allá de las fronteras nacionales. Si las principales empresas del mundo ejercieran su liderazgo en materia de cambio climático, por ejemplo exigiendo eficiencia energética en sus cadenas de suministro podrían tener un efecto transformador en los esfuerzos globales para reducir las emisiones», asegura.
«Sin embargo, las políticas de cambio climático de las empresas a menudo tienen poco efecto cuando se trata de grandes decisiones de inversión, como dónde construir cadenas de suministro –prosigue–. Asignar emisiones al país inversor significa que las multinacionales son más responsables de las emisiones que generan como resultado de estas decisiones».
El estudio encontró que las emisiones de carbono de la inversión extranjera de las multinacionales cayeron de un pico del 22% de todas las emisiones en 2011 al 18,7% en 2016. Los investigadores dijeron que esto era el resultado de una tendencia de «desglobalización», con el volumen de reducción de la inversión directa, así como nuevas tecnologías y procesos que hacen que las industrias sean más eficientes en carbono.
Al trazar un mapa del flujo global de inversión, los investigadores encontraron aumentos constantes en la inversión de los países desarrollados a los países en desarrollo.
Por ejemplo, entre 2011 y 2016 las emisiones generadas a través de la inversión de Estados Unidos a la India aumentaron casi a la mitad (de 48,3 millones de toneladas a 70,7 millones de toneladas), mientras que en los mismos años las emisiones generadas a través de la inversión de China en el sudeste asiático se multiplicaron por diez (de 0,7 millones de toneladas a 8,2 millones de toneladas).
El autor principal, el doctor Zengkai Zhang, de la Universidad de Tianjin, señala que «las multinacionales están transfiriendo cada vez más inversiones de los países desarrollados a los países en desarrollo. Esto tiene el efecto de reducir las emisiones de los países desarrollados al tiempo que coloca una mayor carga de emisiones en los países más pobres. Al mismo tiempo, es probable que genere mayores emisiones en general, ya que la inversión se traslada a regiones más ‘intensivas en carbono'».