La vida, como todo, está llena de momentos buenos y momentos malos, pero hay ocasiones en las que los malos parecen eternos y olvidarlos se convierte en un fuerte deseo. Más o menos eso es lo que parece vivir Iker Casillas, tras algunas penurias que ha tenido y que lo han convertido en noticia en los últimos tiempos.
Con una carrera de leyenda en el Real Madrid, el exportero estuvo seguro hasta los tiempos de las vacas flacas en los que fue el foco de críticas. Luego se volvió a sentir futbolista en el país vecino, pero las enfermedades, tanto a él como a su entorno, le han jugado una mala pasada hasta llegar a una triste despedida.
4La despedida que más duele
Aunque la vida le estaba dando un respiro lo cierto es que le faltaba regresar a una de las cosas más importantes: al fútbol. Casillas siguió durante varios meses sin obtener permiso de los médicos para poder integrarse con el Oporto, pero pese a todos los esfuerzos y cuidados tuvo que decir adiós de forma definitiva al deporte.
Febrero fue el mes y 18 la fecha en la que abandonó los terrenos de juegos. El español presentó su renuncia al presidente del club portugués, Jorge Nuno Pinto, sin avisarle a nadie, sin poder despedirse con los aplausos del público y sin poder defender la portería una última vez.
Los grandes mitos vivirán por siempre en la memoria del público y no hay duda de que Iker Casillas lo es. La vida lo ha golpeado duro, pero el exguardameta tuvo que sobreponerse a todos y cada uno de ellos enlazándolos con grandes momentos, títulos y victorias personales. Sus paradas imposibles serán recordadas por siempre y su lucha constante no lo dejará rendirse nunca para continuar ligado a un fútbol al que siempre le dará todo.