Sin duda alguna, el Real Madrid fichó a Eden Hazard, uno de los mejores futbolistas del mundo, con la intención de tapar el gigantesco hueco que dejó el astro portugués, Cristiano Ronaldo, cosa que claramente no ha sido así, debido a que Cr7 es un jugador dinámico, agresivo en el buen sentido de la palabra y extremadamente veloz que también sabe capitalizar muy bien los espacios ofensivos que le pueden dar los rivales.
Además, él es diestro que utiliza muy bien la zurda, en efecto, esto le permite jugar por las dos bandas, por lo que se le puede considerar un atacante sumamente letal. Asimismo, sus perfectos regates le permiten desbordar continuamente por los costados, tanto por dentro como por fuera. Una inexplicable calidad que, hasta ahora, el belga no ha logrado demostrar.
4Hazard no se ha adaptado al estilo español
Si bien es cierto que Eden Hazard viene de un grandioso equipo que juega en la que se podría catalogar como la mejor liga de fútbol del mundo, su tiempo en «La Casa Blanca» ha dejado mucho qué desear. El internacional con la selección de Bélgica viene de la Premier League, una competición que, a diferencia de la española, basa su estilo de juego en un fútbol más abierto y rápido, en el que dicen presente, por partido, muchos contraataques. Además, ésta se ha caracterizado por ser referente en la exagerada cantidad de espacios de ataques que le otorgan a los delanteros, un entorno en el que Hazard se desplazaba con suma tranquilidad.
Sin embargo, La Liga es totalmente distinta a lo que Hazard estaba acostumbrado en el Chelsea, debido a que los rivales tienen una tendencia a encerrarse más en campo propio ante rivales claramente superiores. Esta técnica les permite limitar totalmente a esos jugadores que necesitan los espacios para poder ser decisivos y finos técnicamente. Es por ello, que el atacante del Real Madrid no se las ha tenido fáciles durante la campaña, viéndose obligado a entender que, para ser un referente del combinado merengue, debe prevalecer la combinación y trabajo en conjunto con los compañeros por encima de las glorias individuales.