Imaginar un FC Barcelona sin Lionel Messi resulta imposible para muchos, por todo lo que le ha dado al equipo en más de 15 años, pero lo cierto es que poco a poco se va acercando la irremediable fecha en la que el argentino le diga adiós al fútbol. Sin embargo, puede que exista algo que acelere el proceso de su despedida y no es otra cosa que la falta de títulos que está sufriendo el club.
La campaña pasada, la 2018-2019, el título de Liga fue bastante poco para un conjunto que aspiraba a un nuevo triplete, pero todo se torció en esa terrible noche que el Liverpool remontó en Champions League. A partir de allí el equipo azulgrana cayó después en la final de la Copa del Rey, ante el Valencia, y en el campeonato liguero, que de no tener tan buena renta tal vez también lo hubieran perdido. Fue poco consuelo tanto para los culés como para el argentino.
Los pleitos tampoco ayudan
Pese a un amargo final de temporada, la continudad de Messi jamás se puso en duda. No obstante, muchas cosas debían cambiar para que el astro de la escuadra catalana no se lo pensara mejor y decidiera cambiar de aires. Lo cierto es que muchas cosas cambiaron, pero para peor.
Las peleas con la directiva no han cesado desde que comenzó la campaña. Ya sea por la mala planificación de la pretemporada, su mal rollo tras las declaraciones de que el equipo entrenaba mal por parte de Abidal y los constantes rumores de una propuesta de renovación que no llega, también pueden ser detonantes de un enfado monumental que saque a la estrella blaugrana del equipo.
Messi y su cláusula de escape
Si bien el contrato de Messi acaba en 2021, este tiene una cláusula que le permitiría salir libre a cualquier equipo si avisa con anticipación. Sin embargo, esta clausula expiró antes de llegar a junio, pero el hecho de que exista da a entender que en una futura renovación dicha medida de escape se mantenga y otro año más en blanco, unido a todos los problemas que ha pasado en los últimos tiempos con la directiva, harían que el argentino pudiera hacer maletas con rumbo a otro destino que le garantice más éxitos.
Desde sus compañeros de equipo hasta el propio Bartomeu son conscientes de dicha cláusula, por lo que seguir decepcionando al ’10’, tanto en el ámbito anímico como el deportivo, no luce como un buen plan. Aunque se respira un aire de tranquilidad dentro del club, porque todos saben de las ganas del crack de acabar su carrera en el Barcelona, el presidente azulgrana entiende que con cada título perdido y con cada pelea el delantero se aleja más.
Esta temporada aún están en carrera por la Liga, en la que luchan a muerte con el Madrid en unas jornadas finales de infarto; y en la Champions League, en la que aún deben acabar los octavos de final contra el Nápoles. La traumática salida en el nuevo formato de la Supercopa de España, que supuso el despido de Valverde, y el adiós en la Copa ante el Athletic Club, le restan opciones al sueño de Bartomeu de ver a Messi de azulgrana hasta su retiro. El argentino tiene la última palabra, pero los títulos condicionarán una renovación tan esperada como incierta.