Los deportistas paralímpicos españoles regresan poco a poco a la normalidad y en los últimos días han podido retomar los entrenamientos en los Centros de Alto Rendimiento de Madrid y Sant Cugat (Barcelona).
Grandes figuras como Nuria Marqués, Enhamed Enhamed, Sara Andrés o Desirée Vila han vuelto a los entrenos. Sólo han podido volver a los CAR los deportistas externos, ya que ambas residencias permanecen cerradas. Y antes de hacerlo, deben someterse a un reconocimiento médico.
El protocolo sanitario permite el acceso al CAR bajo estrictas medidas de higiene y seguridad, turnos para no superar el 30% del aforo, se realizan mediciones de temperatura diarias, es obligatorio acceder con mascarilla y desinfectarse las manos y el calzado, y se deben guardar las distancias en todo momento.
En el CAR de Sant Cugat se entrenan ya cuatro nadadores con discapacidad que llevaban más de dos meses sin tocar la piscina: Nuria Marqués y Óscar Salguero, ambos campeones paralímpicos en Río 2016, Toni Ponce y Marian Polo, a las órdenes de Jaume Marcé.
Dentro del agua también se toman medidas de precaución sanitaria, ya que debe haber una calle de separación entre cada uno de ellos. Mientras, en el gimnasio es preceptivo utilizar guantes y desinfectar cada aparato tras su uso.
Al CAR de Madrid han regresado otros tres nadadores que, junto con sus compañeros catalanes, debían estar precisamente esta semana disputando el Campeonato de Europa en Funchal (Madeira). Se trata de Enhamed Enhamed y Borja Sanz, ambos de la Federación Española de Deportes para Ciegos (FEDC), y de Carlos Martínez, de la de Personas con Discapacidad Física (FEDDF).
Los dos primeros entrenan con José Luis Vaquero, quien ha decidido que las sesiones de preparación física las realicen en casa por las dificultades añadidas que entrañan estas medidas de higiene para un deportista invidente.
En la pista de atletismo del CAR de Madrid se preparan además cuatro atletas: Sara Andrés, Desirée Vila y Alberto Ávila (FEDDF), más Sara Martínez (FEDC). Algunos de ellos pudieron continuar sus entrenamientos en casa gracias al material deportivo que les facilitó el Comité Paralímpico Español, pero otros no han podido ni salir a correr porque las prótesis que utilizan para el tartán llevan clavos y no son aptas para el asfalto.