El FC Barcelona cedió un empate (2-2) en la exigente salida a Vigo este sábado en la jornada 32 de LaLiga Santander, a pesar de dos grandes goles de Luis Suárez, quien recuperó su olfato y acierto sin evitar la frustración azulgrana por el tanto final de Aspas.
Dos goles del uruguayo y dos asistencias de Messi, a quien se le resiste el gol 700 de su carrera pero sigue siendo vital en el Barça, parecían bastar a los de Quique Setién. El partido estuvo abierto, en intercambio de ocasiones, muy ofensivo y con más de media liga en juego para los azulgrana.
En el 88′, una falta directa de Aspas supuso el empate y Nolito, a la contra en la última jugada, pudo dar incluso la victoria a los locales. Con el punto, el Barça suma 69, por los 68 de un Madrid que juega el domingo contra el Espanyol con más moral si cabe en su buena racha de resultados tras el parón.
El RC Celta, aún pendiente de lograr la permanencia, no estaba tan exigido tras sus dos últimas victorias, pero siguió con esa buena línea y tuvo contra las cuerdas a un Barça con Riqui Puig y Ansu Fati de titulares. Setién apostó por los jóvenes, sentando entre otros de nuevo a Griezmann y a Arthur, que dieron el ritmo que necesitaba el encuentro. Ambos equipos supieron sacar sus virtudes ofensivas, lo que dejó un choque de muchas ocasiones. En la primer parte, solo el primer gol, desde enero, de Luis Suárez.
Ansu Fati tuvo el 0-2 en otra asistencia de Messi, pero el Celta reaccionó bien al gol. Había avisado con calidad el equipo de Óscar y en el inicio del segundo tiempo un robo de Brais permitió la llegada a placer de Smolov para el 1-1. La rosca de Messi siguió sin encontrar la red y con el paso de los minutos la liga parecía más en juego para los de Setién.
Entonces apareció de nuevo Suárez, en una recuperación casi en el área rival y para rematar de primeras con la zurda y tras un movimiento de puro ‘9’ el 1-2. Sin duda la renta parecía escasa contra un equipo con Aspas, Rafinha, Nolito y Santi Mina en el campo. Ter Stegen salvó una de Nolito, pero el lanzamiento directo de Aspas frustró a un Barça que volvió a fallar fuera de casa, como viene haciendo en Vigo los últimos cinco años.