El presidente ejecutivo de la Premier League, Richard Masters, ha asegurado que valorarán «completamente» las peticiones de parar la adquisición del Newcastle United por parte de un fondo saudí por posible vinculación con el asesinato del periodista saudí Jamal Khashoggi, descuartizado el pasado mes de octubre en el consulado de su país en Estambul.
«Les aseguro a usted y a su cliente que sus peticiones están siendo consideradas completamente en nuestro proceso», confirmó Masters por carta al abogado de Hatice Cengiz, prometida de Jamal Khashoggi, según apunta la BBC.
Según los informes, el Fondo de Inversión Pública (PIF) de Arabia Saudí invertirá 300 millones de libras -más de 344 millones de euros- para lograr una participación del 80 por ciento del club inglés. El príncipe heredero Mohammad bin Salman, líder de facto del reino, es el presidente de PIF.
El pasado 28 de abril, Cengiz pidió a la Premier League que detuviese la adquisición del Newcastle, asegurando que el fútbol inglés «se vería empañado por su conexión con aquellos que cometen los crímenes más atroces y luego buscan blanquearlos».
Las agencias de inteligencia occidentales consideran que el príncipe heredero Mohammed bin Salman ordenó el asesinato de Khashoggi en 2018, aunque él lo niega. Khashoggi fue asesinado el 2 de octubre de 2018 dentro del consulado saudí en Estambul, donde fue a recoger documentos para casarse con Cengiz. Sus restos nunca fueron encontrados.
En declaraciones a la BBC, Cengiz se mostró «cautelosamente optimista» con que la Premier tome «la decisión correcta». Estoy segura de que si la Premier League sigue sus propias reglas y estatutos bloqueará la venta de Newcastle United a Mohamed bin Salman y al Fondo de Inversión Pública que preside. Hasta que Bin Salman rinda cuentas por su papel en el brutal asesinato de Jamal, todos deben abstenerse de hacer negocios con él», apuntó.
También Amnistía Internacional advirtió a la Premier League que se arriesgaba a convertirse en un «chivo expiatorio» para el «lavado deportivo» de Arabia Saudí, a la que acusa de organizar eventos deportivos para lavar la imagen de la dictadura.