La paratriatleta española Eva Moral recordó la importancia que ha tenido en su vida el Hospital de parapléjicos de Toledo, donde aprendió a «vivir» su «nueva vida», y aseguró que el «deporte» fue su gran «motivación para salir adelante».
Moral repasó su vida en el noveno ‘Instagram Live’ de la Federación Española de Triatlón y habló su cambio del ballet por el triatlón, y el accidente que la dejó parapléjica y que la hizo llegar al Hospital de Toledo donde aprendió a vivir y a motivarse con el deporte.
La paratriatleta madrileña recordó cómo fue el fatal accidente que la dejó parapléjica tras perder el control de su bici y saltar siete metros el quitamiedos de la carretera. «Mi miedo fue que nadie me iba a encontrar. Mi primera sensación es que me había roto la espalda, pero no tenía dolor. Llegó un helicóptero y me llevaron al Hospital Doce de Octubre y en la UVI me dijeron que la vértebra había seccionado la médula y no sentía nada desde el ombligo hacia debajo. El casco de la bici me salvó la vida», relató.
ELOGIOS AL HOSPITAL DE TOLEDO
«El médico me dijo que sería casi imposible recuperarme, pero mi mayor preocupación eran mis padres y saber si estaban fuera de la UVI. Tenía el concepto de que esta discapacidad iba a ser una persona totalmente dependiente e iba a ser un mundo para mí. A muchas personas de mi entorno les cambió la vida para bien y para mal. Son lecciones que te da la vida que te hacen madurar y aprender. Me operaron y me fijaron las vértebras», añadió.
La integrante de la #ParaTriarmada elogió al Hospital de Parapléjicos de Toledo que «es uno de los mejores y más reconocidos a nivel mundial y es donde te enseñan a vivir tu nueva vida». «Tienes que aprender a bajar de la cama, subir a ella, ir al baño… fortalecer mis brazos para valerme por mí misma. Mientras estaba en planta me hablaban del triatlón adaptado y el deporte fue una válvula de escape y una motivación. Pude jugar allí al tenis, usar una ‘hand bike’ para dar una vuelta por el hospital y así socializar. Estuve seis meses allí».
«Me pasa como los que sienten el síndrome del miembro fantasma. La parte que no mueven o no sienten, tienen dolor. La pierna derecha la siento con dolor, como si me quemase por dentro y el único tratamiento que hay son las pastillas que no me quería tomar pero es lo que hay, tengo días mejores y otros peores. Es un dolor constante», afirmó.
La madrileña también explicó sus útiles de batalla para su práctica deportiva y cómo fue formando su equipo, «La ‘hand bike’ es la bicicleta de mano que sustituye a la bici convencional y vamos tumbados o sentados. Y la silla de atletismo es especial dado que vamos de rodilla con una rueda delantera que al principio la llamaba ‘la carroza del infierno’, no es tan estable, da miedo, pero me fui a Sierra Nevada y me enseñaron a usar la silla de atletismo».
«En 2014 me apunté al Campeonato de España de Paratriatlón en Ávila, pero teniendo claro que iba a hacer lo que me gustase. Fui y se me dio bien, conocí al resto de la ‘Paratriarmada’ y al cruzar la meta y ver a mis padres y amigas me dije que tenía que poner toda la carne en el asador, intentar todo por un sueño».
Por último, Moral explicó que «cuando fue oficial» que su categoría «entraba en los Juegos», sintió algo muy especial. «Si antes podía tener dudas, desde entonces era un sueño que tenía conseguir sí o sí y eso que llegaron muchas chicas que me hicieron mejorar. Llegaba muy bien psicológicamente para Tokyo, soy alguien que me exijo mucho y que lo hayan pospuesto por la situación que nos encontramos es lo lógico, pero sinceramente tenía en mente 2020 los Juegos y pensé que me venía mal. Pero tenemos un año más para saborearlo más y prepararnos mejor. Tengo muchas ganas de competir», sentenció.