El entrenador del Baskonia, Dusko Ivanovic, ha explicado que cuando decidió volver al club hace seis meses lo hizo porque tenía «fe» en los jugadores de la plantilla, a pesar de que en aquel momento les «faltaba mentalidad y carácter», algo que han podido «cambiar» desde entonces hasta meterse en la final de la Liga Endesa que disputarán este martes frente al Barcelona.
«Vine para disfrutar y la verdad es que estoy disfrutando con estos jugadores que juegan y trabaja bien. Cuando vine tenía fe en estos jugadores y por suerte hemos podido cambiar la mentalidad y el carácter, que era lo que les faltaba cuando vine. Son muy buenos jugadores, pero les faltaba luchar 40 minutos para ganar los partido», analizó Ivanovic ante la prensa.
El técnico celebró que realizaron «una preparación muy buena para este torneo y todo el mundo ha trabajado muy bien» en Valencia.»Que cada jugador coja la responsabilidad un día significa que el equipo funciona muy bien y que en cualquier momento puede salir un jugador a decidir el partido», dijo antes de una final donde puso el acento en la faceta defensiva.
«El Barcelona es un equipo fuerte que intenta destruir el ataque del rival y hacer que no juegue como está acostumbrado. Es lo primero que quieren hacer y lo hacen bien. Tenemos que adaptarnos y buscar una buena manera de atacarlo. En ataque tiene muchas opciones, Mirotic puede tirar y jugar al poste bajo, Kuric, Tomic… Muchas opciones», advirtió.
Ivanovic no dejó pasar el duelo entre Toko Shengelia y Nikola Mirotic. Son dos de los mejores ‘4’ de Europa, ya veremos quién es mejor mañana», apuntó, añadiendo que «el baloncesto europeo moderno va hacia gente más móvil y menos gente grande» y subrayando que en el baloncesto «todos los grandes descubrimientos son por pura casualidad.
«Hanga ha sido una necesidad. No era base, pero por necesidad ahora es un base alto y fuerte que defiende y corre bien. Ha cogido experiencia para dirigir bien al equipo y contra nosotros ya jugó bien, ya veremos mañana», indicó sobre el húngaro.
Además, el montenegrino recalcó que «cada final es diferente, sobre todo en esta competición que es totalmente diferente». «Al llegar dije que me parecía como una Copa del Rey y es como una Copa del Rey. Los equipos llevamos casi tres semanas juntos entrenando y el ambientes es diferente al de una final normal de Liga», zanjó.