El defensa de la Juventus Giorgio Chiellini ha alabado el papel «decisivo» de Sergio Ramos en el Real Madrid y ha afirmado que sabe causar lesiones «con astucia diabólica», como el «golpe maestro» lesionando a Mohamed Salah en la final de la Liga de Campeones 2018, y ha desvelado que el alcohol es «el punto débil» del barcelonista Arturo Vidal, al que ha descrito sin embargo como «un luchador y un gran campeón».
«Él sabe cómo ser decisivo en partidos importantes, con intervenciones más allá de cualquier lógica y causando lesiones con astucia diabólica. La de Salah fue un golpe maestro. Él, el maestro Sergio, siempre ha dicho que no era su intención provocar una lesión, pero cuando caes de esa manera y no te sueltas, sabes que nueve de cada diez veces corres el riesgo de romper el brazo de tu rival», describe al andaluz en su autobiografía ‘Yo, Giorgio’.
El mejor central del mundo
Por ello, le describe como el mejor central «del mundo». «Pueden decir que es impulsivo, que tiene poco sentido táctico, que es culpable de 8-10 goles encajados cada temporada. Pero tiene dos características que nadie más tiene como él», apuntó. Sin él, estrellas como Varane, Carvajal y Marcelo parecen jugadores del filial y el Real Madrid se convierte en un equipo indefenso», continuó.
Por otra parte, el internacional italiano realizó unas duras declaraciones sobre el centrocampista del FC Barcelona Arturo Vidal, con el que coincidió en la ‘Vecchia Signora. «Vidal salía de vez en cuando y bebía más de lo necesario, se puede decir que el alcohol era un poco su punto débil. Las debilidades son parte de la naturaleza humana, pueden tener consecuencias en un grupo: el gran Arturo, un par de veces al año, no se presentó en el entrenamiento, o llegó todavía bastante alegre, por así decirlo», subrayó.
Además, contó una anécdota del chileno. «Todavía recuerdo una gira estadounidense; estábamos en Miami la noche antes del último entrenamiento antes de irnos. A la mañana siguiente, a Arturo no se le vio. Estaba en la cama y tuvieron que llevarlo abajo por la fuerza. Ese día también probamos el nuevo material de entrenamiento, estábamos todos vestidos de negro y estábamos a 40 grados. Conte no podía esperar que Vidal rindiera en ese estado, y estaba esperando para castigarle», manifestó.
«Después de diez minutos en los que Arturo todavía parecía estar borracho, terminó el entrenamiento corriendo como un loco y llevando veinte metros de ventaja al resto. ¿Qué puedes decirle a esta persona, que trae alegría al grupo además de ser un luchador y un gran campeón?», prosiguió.