El ciclo de Gareth Bale en el Madrid termina. Su falta de compromiso, las lesiones y el divorcio con Zidane echaron por tierra toda posibilidad de que el galés se convirtiera en el icono del club merengue en la era post Cristiano Ronaldo. Ahora con la alta posibilidad de ser vendido, el británico se piensa que hacer en las minis vacaciones que ya comenzaron, tras la eliminación de los merengues en la Champions League a manos del Manchester City de Pep Guardiola. Para el aficionado blanco, el extremo derecho debería quedarse a trabajar con la filial del equipo para compensar su falta una institución histórica como lo es el equipo de Concha Espina.
Bale se mofó del Madrid. Su falta de ganas, de compromisos, los desplantes en las redes sociales e insinuar que prefería jugar golf en vez de sudarse la camiseta blanca fueron motivos suficientes para que se ganara el irrespeto de una afición que esperó mucho por él tras la marcha de CR7. Pues al irse el portugués era el momento perfecto para convertirse en líder, pero al parecer los majos consejos y las pésimas influencias le terminaron enterrando como jugador.
Bale y su defalco
No era posible que Zidane no contara con él. Que casi no jugó en la temporada que acaba de terminar y que al final ni siquiera fuese convocado para el duelo crucial ante el Manchester City. Esto es sin duda la última señal que le da el Madrid para que busque un destino. Lo más probable sea China, pues con 31 años y su valor tan devaluado, su entorno esté buscando un contrato que le permita cerrar su carrera con un buen saldo económico. También se especula con la Premier y la oferta del United. El problema para los merengues no son las ofertas, el problema es que este jugador llegó a costar más de 100M€ y ahora se esté ofertando un poco de 40 millones y todo porque él mismo se desvaloró en el mercado.
Para el Madrid no hay otra salida con Bale que venderle. Aceptar cualquier oferta que esté cercana a la cifra anteriormente dicha. Zidane ya tiene un objetivo y precisamente no es contar con el galés. El técnico blanco ya llamó al noruego Odegaard como señal que la política es renovar la plantilla y salir de esos jugadores que no aportan, sino por el contrario solo perjudican y ocupan un lugar que otro pudiera aprovechar mejor. Bale debe pedir disculpas, se ha comportado de la peor manera. Podemos decir que fue lo menos profesional posible y que su actitud solo terminó perjudicando a un Madrid que quiso que se convirtiera en ídolo eterno, pero terminó siendo un fiasco a pesar de los buenos momentos, sobre todos en las dos finales que anotó. Ahora solo toca esperar donde será su destino, pero el británico no debería acercarse a un campo de golf mientras siga siendo jugador del equipo blanco y por el contrario tendría que machacarse en los entrenamientos con el filial para pagar todas sus culpas.