Freddy Mercury es un icono de la música. Un mito que todavía vive en las canciones de Queen. Sin embargo, este cantante tiene una apasionante vida más allá de los escenarios. En sus 45 años de vida le dio tiempo a pasar por muchas adversidades, pero también por muchos triunfos. Hizo grandes amistades, conoció el amor, conoció la amistad, pero también conoció la cara de la enfermedad.
La historia del compositor de Bohemian Rhapsody, de Somebody to Love y de muchos otros himnos del rock de los 70-80 fue una continua aventura hasta que llegó su trágico final. Vamos a hacer un repaso de lo que vivió esta leyenda más allá de los escenarios.
5Coleccionista de obras de arte
Al margen de la música, Freddie tuvo otras dos pasiones. Una fueron las obras de arte. Freddie había estudiado arte y diseño gráfico y era muy dado, cuando tenía dinero, a adquirir cuadros de afamados pintores.
Entre su colección se podían encontrar autores por los que Freddie sentía especial predilección como los españoles Dalí y Miró. También tenía en gran estima las muestras de arte japonés. Todas las antigüedades de todos los rincones del planeta tenían un hueco en algún lugar de su casa.