Rocío Flores se convirtió en la tercera finalista de Supervivientes 2020. Más allá de obtener dinero durante esta experiencia, su mayor premio ha sido haber perdido 16 kilos. Tiene actualmente un cuerpo de envidia y ella misma ha confesado que uno de sus primeros objetivos al concursar en el programa, era bajar de peso. La joven sabe perfectamente que este sacrificio no puede tirarse a la basura y ha mostrado a través de sus redes sociales, en el cual es muy activa, cómo ha hecho para mantenerse y no afrontar el efecto rebote experimentado por la mayoría de los participantes.
La también hija de Rocío Carrasco tiene 23 años y una pareja a la cual ama y presume por los portales que proyectan su imagen. Sus seguidores secundan el gran logro de la ahora influencer. Esta joven siempre ha sido muy bella, pero la presión social indica que es mejor con unos kilos menos antes de meditar si es bueno o no para la salud. No obstante, se suministrarán algunos detalles que la han hecho conservar su nueva apariencia.
5Otros tratamientos de belleza
Finalmente, Rocío Flores ha sucumbido a otros tratamientos de belleza. Por ejemplo, una armonización facial con el objetivo de que su rostro sea más simétrico (de ahí lo de la nariz y los labios). Pero también ha pasado por:
- Un microblading, es decir, diseño de nuevas cejas. Esto vale más de 200 euros y solo dura 6 meses, por lo que al año le costaría 400 euros.
- Extensiones de pestañas, para una mayor expresión de la mirada. Es una forma de aumentar la densidad de las pestañas naturales para dar más profundidad a la mirada.