SEO/BirdLife y GREFA han destacado en el Día Internacional de los Buitres, que se celebra cada primer sábado de septiembre, la recuperación de la especie en España desde los primeros censos realizados a principios de la década de 1970, cuando había solo 206 parejas.
Así, según el último censo realizado en 2017, la población de buitre negro en España se reparte en 43 colonias y 6 parejas aisladas, que reúnen 2.548 parejas. Éstas se extienden por 7 comunidades autónomas y 14 provincias. Las mayores colonias de la especie se sitúan en la Sierra de San Pedro (Cáceres y Badajoz), Monfragüe (Cáceres) y Sierra de Guadarrama (Madrid y Segovia) todas ellas con más de 300 parejas, según SEO/BirdLife.
Además, los trabajos de seguimiento intensivo de una de las colonias más importantes de España realizado por el Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama y SEO/BirdLife indican que esta tendencia positiva continua tras el censo del año 2017. En la colonia de Rascafría en el año 2017 se censaron 123 parejas de las que nacieron 83 pollos y en 2020 se han censado 152 parejas y se ha constatado el nacimiento de 98 pollos.
SEO/BirdLife subraya que estas cifras son las más altas conocidas en esta colonia y son un indicativo de la tendencia favorable de la especie gracias a los esfuerzos de conservación de esta especie que presenta en la actualidad casi todas sus áreas de cría incluidas en espacios protegidos.
En el caso de la colonia de buitre negro de Rascafría (Madrid), detalla que se lleva a cabo un detallado seguimiento de su población desde el año 1997, primero para el Parque Natural de Peñalara y posteriormente para el Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama. La población ha pasado de las 42 parejas en 1997 a las 152 en la actualidad.
Cada año se localizan todos los nidos y se sigue semanalmente lo que ocurre en cada uno de ellos, prosigue la ONG. Esto permite establecer con gran detalle la población de parejas reproductoras, no reproductoras y sus parámetros reproductivos. Además, toda esta información se utiliza para la gestión y conservación de la especie.
En España, su hábitat de nidificación se distribuye exclusivamente en ambientes boscosos, masas de pinares o monte mediterráneo. Las principales colonias se asientan en bosques densos de encina y alcornoque pino silvestre, pino resinero y pino negro y menos frecuentemente en pino carrasco y pino piñonero. En ocasiones también utilizan otros ambientes cercanos a las masas forestales, pero siempre con pies arbóreos de gran porte donde ubicar el nido.
Las altitudes en que instalan sus nidos oscilan entre los 400 y los 1.900 metros en la Península, mientras que en Baleares se encuentran en acantilados costeros de muy escasa altitud. Eligen para la nidificación arboles maduros, situados a menudo en claros de bosque, en zonas de pendiente en la parte media o alta de las montañas y alejados de molestias humanas.
Las 43 colonias de cría censadas en 2017 se extienden por siete comunidades autónomas y 14 provincias. Los trabajos de reintroducción de la especie en Cataluña han originado que el área de ocupación de la especie en época reproductora ahora incluya una pequeña zona del noreste peninsular, en la provincia de Lleida. Aun así, se mantiene su principal área de ocupación, como ocurría hasta hace muy pocos años, en el cuadrante suroccidental de la Península. Destaca la importancia de la comunidad autónoma de Extremadura y más concretamente de la provincia de Cáceres.
Extremadura acumula 964 parejas, que suponen el 37,9% de la población española y Cáceres, con 854 parejas, el 33,6%. Es de destacar que solo dos comunidades (Extremadura y Castilla y León) de las siete que tienen población reproductora de buitre negro en la actualidad, acumulan el 56% de la población. Si a éstas se le añaden dos más, cuatro comunidades las que acumulan casi el 92% de la misma (Extremadura, Castilla y León, Castilla-La Mancha y Andalucía). Madrid, Islas Baleares y Cataluña tienen el 8% restante de la población y de ese porcentaje, la mayoría reside en Madrid, especifica SEO/BirdLife.
«PAPEL DECISIVO»
En el caso de la asociación conservacionista GREFA, señala que ha dedicado a la conservación y recuperación de los buitres gran parte de su trabajo consagrado a la fauna autóctona y sus hábitats. «Inmersos en una pandemia como la que estamos sufriendo somos cada vez más conscientes de los vínculos entre salud humana, salud animal y salud ambiental, una ecuación en la que los buitres juegan un papel decisivo», recuerda el presidente de GREFA, Ernesto Álvarez.
En este sentido, desde GREFA mencionan los avances obtenidos este año por el Proyecto Monachus, que agrupa las acciones de GREFA en favor del buitre negro. De gran éxito puede calificarse el nacimiento de los dos primeros pollos de buitre negro en el sector burgalés de la Sierra de la Demanda. Se trata de un hecho de gran relevancia ya que esta especie, incluida en la categoría de ‘Vulnerable’ en el Catálogo Español de Especies Amenazadas, no se reproducía en el extenso ámbito geográfico del Sistema Ibérico desde hace más de medio siglo.
«En cualquier caso, el nacimiento de estos buitres negros y el hecho de que nada menos que seis parejas de esta especie hayan incubado su puesta en 2020 confirman las grandes expectativas en la Sierra de la Demanda del Proyecto Monachus cuando solo han transcurrido dos años y medio desde las primeras liberaciones de ejemplares», afirma la bióloga de GREFA Lorena Juste, responsable de estas actuaciones.
Además, destacan la colaboración de la Junta de Castilla y León y del Gobierno de la Rioja, entre otras entidades, gracias a las cuales GREFA está reintroduciendo desde 2017 buitres negros en este sector del norte del Sistema Ibérico. A principios de octubre de 2020 una nueva remesa de estas aves, compuesta por trece ejemplares, será liberada en la Sierra de la Demanda.
Por este motivo el próximo 11 de septiembre a estos buitres negros, que actualmente viven en un jaulón de aclimatación en el término municipal de Huerta de Arriba (Burgos), se les colocará un emisor GPS para poder seguir sus movimientos cuando sean liberados pocas semanas más tarde.