Ejercicios para cuarentones para no acabar con una llamadita a urgencias

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Es importante que aceptes que ya no eres tan joven. Que tus noches de continuas rumbas sin presentar ninguna dolencia acabaron. Que desde que se cumple 30, el cuerpo va perdiendo fuerza y, ahora que tienes 40 es momento de realizar los ejercicios pertinentes para prolongar tu esperanza de vida.

Existen determinadas actividades que pueden producir un crecimiento de la longitud de los telómeros, los extremos de los cromosomas responsables de que las personas se hagan mayores y aparezcan enfermedades.

Presiento que hay un poco de resquemores por este artículo y es que sé que cuarenta años no son nada. Que la vida se fue muy rápido hasta llegar a ese punto. Comprendo que hay mucho por delante, pero este texto no se direcciona a que la vida se agota sino que el pasar del tiempo al final se refleja en las dolencias en el cuerpo. Ya no eres un chiquillo sino una persona adulta.

Los ejercicios a continuación te ayudarán a definir, fortalecer músculos, tonificar piernas, harán que te sientes mejor para enfrentar los desafíos diarios con mucha energía y fuerza.

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El yoga

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Un individuo a lo largo de los años puede presentar ansiedad y depresión. Patologías que son más frecuentes de lo que se cree. La ‘John Hopkins Medicine’ arrojó datos sobre que las mujeres de edades comprendidas entre los 45 y 64 años tienen mayor riego de sufrir depresión. Ejercicios como el yoga puede prevenirla.

Los ejercicios de respiración, de equilibrio y de armonía, hacen que la persona tenga un mejor sueño, disminuya la ansiedad, potencie su memoria y tenga más agilidad para realizar labores físicas y mentales. Tú puedes ser de las personas que cumple con fuertes jornadas de trabajo, que la mayor cantidad del tiempo está en una oficina y que el estrés diario ha repercutido en dolores en la cervical y cadera. Si la respuesta es un sí, no esperes para comenzar a realizarlos.

Hay un ejercicio en el cual las personas concuerdan que es regenerador. Se trata de ir al parque más cercano o abrir las ventanas de tu casa, poner una música instrumental o clásica. El siguiente paso es seguir la melodía con detalle, pero disfrutándola. Posteriormente comenzar a respirar muy lento. Pasados unos siete minutos, cuando veas que tu cuerpo está libre de tensiones, comienzas respirar: inhalando en cinco, reteniendo en cinco y expulsando en cinco, cuando alcances los 10 minutos las últimas cinco respiraciones las vas a hacer en 4-7-8; es decir inhalas en cuatro, retienes en siete y sueltas en ocho. Quedarás renovado.