WhatsApp, Instagram y Facebook son redes sociales maravillosas que permiten la interacción humana, en pocas palabras, acortan las distancias: anteriormente era impensable comunicarse con alguien en otro país. Gracias a su alcance, empresas pueden publicar sus productos a través de éstas e incentivar las ventas.
Como consecuencia de tantas ventajas, era evidente, aunque al principio no se contempló, que darle tanto poder a estas herramientas traería abusos: se traduce en que las manos detrás de las aplicaciones usan tus datos para obtener beneficios propios; se convierten en espías.
Lo antes mencionado no es una opinión personal tampoco producto de la imaginación, el mundo fue testigo de cómo Facebook empleó información personal de los usuarios para ponerlas al servicio de grandes empresas como: Blackberry, Samsung, Apple, Microsoft y Amazon. A través de la prensa se conoció, especialmente el caso de Cambridge Analytica, en donde aprovechaban la información de Facebook para determinar el perfil psicológico de los electores estadounidenses.
A pesar de todo, los usuarios siguen usando las redes. Parece que las distancias geográficas alejan a las personas de esos problemas. Sin embargo, hay que tener claro que al momento de descargar este tipo de aplicaciones se da permiso a que puedan acceder a determinadas informaciones personales. Es importante decir que después de leer este artículo, si no lo has hecho, reflexiones al respecto.
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Los espías no solo son los directivos de cada red social sino las personas que quieren conocer más sobre el usuario y que posiblemente están cerca de ti: un enamorado, puede ser; una mujer celosa, el chico que te gusta, un ladrón que quiere acceder a tus datos bancarios. En esta oportunidad es importante, enfocarse en la vulnerabilidad de WhatsApp Web. Se creó con la finalidad de facilitarle al usuario su uso; pero al acceder con solo conectar el móvil al ordenador, permites que otra persona que tenga acceso a tu ordenador pueda entrar.
Tú sabes que WhatsApp es la mensajería instantánea más usada por los usuarios; desplazó a los mensajes de textos. Esto siembra la concepción de que a través de ésta se comparte información confidencial: si alguien entra puede enterarse de una posible aventura amorosa, de las claves de tu correo electrónico y parte de la vida de la personas involucradas, ¡ya da miedo!
Para identificar si alguien más accedió a esa información preciada debes estar pendiente con la hora de conexión: si ves que hay horarios en la que especifica WhatsApp que te conectaste y no fue así, es momento de sospechar.
Otra forma de darse cuenta de que hay intruso es ver a través de qué sistema operativo iniciaron: si tú usas Window y observas que accedieron con MacOS, es una mala noticia…
Para cerrar, es importante que estés pendiente con las notificaciones que te llegan. Podrían alertarte que alguien ha entrado a tu perfil de WhatsApp.