El mundo de la tecnología va en continuo crecimiento y el de la informática también va siguiendo su estela. Antes, sin Internet, no teníamos esta indecisión a la hora de tener una cosa u otra. Que si router, módem, cables de red, de datos… Cuando nos hablan de router enseguida lo asociamos al acceso a Internet pero no es solo eso. Si quieres conocer los pasos para poder conectar un router diferente al que trae el técnico a casa cuando te instalan la fibra óptica o el ADSL, no te pierdas el artículo.
Estamos acostumbrados a que cuando contratamos un servicio de Internet para nuestra casa, la compañía nos proporciona un router. Llamas, preguntas, te informan de las ofertas y al final ¡zas! Ya tienes contratado tu pack ADSL. Llegan a casa y te instalan todo; te traen un router y muchas veces nos gusta su diseño, otras lo vemos desfasado; tienen fallos, etc. El caso es que como es «el que nos han dado» pues nos aguantamos y listo. Pero, ¿sabes que es posible reemplazar el router de tu compañía por otro de tipo comercial?
Vamos a conocer qué son los routers neutros y para qué sirven. Aprenderás más acerca de las ventajas de cambiar uno por otro y el modo de instalarlo. ¡Sigue leyendo!
3¿Cómo lo configuro?
La pregunta estrella cuando te dejan el router en casa. Una vez adquirido el router neutro, hay que proceder a apagar el de tu operador. Es conveniente que las conexiones se hagan con los dispositivos apagados. Después tendrás que conectar el router neutro mediante el cable Ethernet al router de tu teleoperadora.
Normalmente, después de varios segundos se deberían poder ver las luces verdes que nos indiquen que está conectado y listo para su funcionamiento. Si todo está bien hecho y están correctamente conectados el neutro al del operador se pasará a la configuración. Para ello debes encender el ordenador y entrar en la página de configuración del router neutro. Si no llegaran a encenderse las luces que indican que todo está bien, prueba a desenchufar los cables y procede a hacer de nuevo la conexión. También existe un botón de reseteo en el que «poner a cero» la configuración. Cuando reseteas, todas las luces van a parpadear hasta que esté iniciado.
Fíjate bien en las direcciones que suelen ser del tipo 192.168.1.1 o 192.168.0.1. Para evitar complicaciones es mejor acudir al manual de instalación que trae el router neutro para comprobar la dirección correcta. Si por cualquier motivo no tienes el manual; ya sea porque lo hayas perdido o porque no te lo hayan entregado, puedes buscar en internet el modelo y rápidamente encontrarás las instrucciones. Después se acede a una página donde tienes que rellenar los campos de nombre de usuario y la contraseña que venga por establecida defecto.
Recuerda que el nombre de usuario y la contraseña suele estar puesto en una etiqueta en la parte inferior del router. Es posible cambiar la contraseña desde las opciones de conexión. Si lo haces, procura tener guardada la contraseña en un buen sitio, porque como suele pasar, es fácil que la olvides.
Una vez configures en tu ordenador la conexión, puedes marcar la casilla en la que la contraseña queda guardada para las futuras conexiones. No utilices esa opción si trabajas en un ordenador compartido al que puede tener acceso cualquier otra persona.
Como has podido comprobar, si eres un poco manitas puedes ponerte a la faena y cambiarte al router neutro. Si no lo ves muy claro y no eres muy entendido con las tecnologías y la informática será mejor que continúes con el que tienes, proporcionado por tu empresa proveedora de telefonía. Para un uso doméstico servirá perfectamente con el router que te lleven a casa.
