La ministra de Hacienda y portavoz del Gobierno, María Jesús Montero, ha dejado claro este martes que Podemos estará presente en la negociación de los Presupuestos Generales del Estado (PGE) porque, según ha explicado, las cuentas públicas son un proyecto del Ejecutivo y no de su departamento.
«Los Presupuestos son del Gobierno, no de la ministra de Hacienda ni del departamento. Se aprueban por el Gobierno, por lo que las dos formaciones que componen el Gobierno se tienen que considerar razonablemente cómodas siendo conscientes de que solo contamos con 155 diputados», ha asegurado en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, en la que ha adelantado que los PGE serán «progresistas, feministas y de cohesión».
Preguntada si cree que esa presencia puede molestar a Ciudadanos, ha subrayado que precisamente este partido ha dado muestras de «anteponer los intereses del país al cálculo partidista que lleva a otros al inmovilismo» o a «la rumorología». Es más, ha insistido en que el hecho de que haya partidos que están poniendo por delante el interés general al partidista le hace ser optimista».
Precisamente, esta misma tarde la ministra mantendrá una reunión con el secretario de Estado de Derechos Sociales, Nacho Álvarez, dirigente de la formación morada, un encuentro que viene precedido por una serie de «reuniones previas» que Hacienda ha realizado con otros departamentos ministeriales, incluidos los de Podemos, en los que se ha sondeado cuales son las expectativas de cada uno para 2021.
Montero supone, aunque no lo ha dado como seguro, que será el propio Álvarez quien represente a Podemos en las negociaciones con el resto de grupos parlamentarios, cuando esas negociaciones sean presenciales porque, según ha dicho, en ocasiones se negocia de otra manera, intercambiando papeles o por teléfono.
PODEMOS TIENE QUE ESCENIFICAR
Según fuentes gubernamentales, el Ejecutivo ha decidido dar publicidad a esta reunión de Montero con Álvarez porque entiende que Podemos tiene la necesidad de escenificar su papel en la elaboración del proyecto de Presupuestos. Habrá más reuniones de coordinación interna pero no se informará de ellas y el Gobierno tampoco prevé informar de la que se producirá esta tarde. En esa línea, Montero ha afirmado que pretende que toda la negociación presupuestaria pueda llevarse a cabo con discreción y con tranquilidad.
Según ha dicho, se trata de generar «un clima de confianza». De hecho, está convencida de que habrá «un entendimiento rápido con Unidas Podemos» sobre los Presupuestos, porque ya hay «mucho avanzado».
Así, la titular de Hacienda ha señalado que este mismo martes se abordarán los rasgos mas importantes del anteproyecto de Presupuestos, que cuenta con tres bloques: fiscalidad, el relativo al funcionamiento de las instituciones y el relacionado con los fondos europeos.
Para Montero, las palabras de dirigentes de Podemos rechazando unos Presupuestos con Ciudadanos -Rafael Mayoral e Isa Serra el pasado viernes– es más bien una «manifestación de desconfianza sobre los principios que inspiran las formaciones políticas». Con todo, cree que el PSOE, que está «más en la centralidad», puede negociar a ambos lados y eso solo significa que «habrá que hacer más esfuerzo de diálogo».
Fuentes gubernamentales opinan que Unidas Podemos ha asumido que lo más importante de los Presupuestos no es tanto quién los negocia sino qué contienen y en ese punto reconocen que el retraso en la reforma fiscal, que Hacienda ve inevitable por el impacto de la pandemia, puede ser el punto de más fricción. Ese punto, precisamente, puede allanar el entendimiento con Ciudadanos.
En cuanto a la formación ‘naranja’, apuntan que no tiene por qué decidir quién compone la delegación negociadora del Gobierno. Incluso ven conveniente que Podemos se siente en esa mesa negociadora, ya que así no podrá darse el caso de que se negocie algo que posteriormente no les guste.
LA «MALA BROMA» DEL INDEPENDENTISMO: CONDICIONES IMPOSIBLES
Por otro lado, Montero ha afirmado que por el hecho de trabajar con Ciudadanos el Gobierno no va a dejar de intentar recabar el apoyo de ERC o de Junts. De hecho, ha lanzado una advertencia a los partidos independentistas afirmando que «es una mala broma» poner como condición cuestiones que saben que son «inviables».
«Prefiero hablar de puntos de encuentro que de líneas rojas», ha dicho y se ha dirigido especialmente a ERC, una «formación progresista» que cree que puede compartir las políticas progresistas del Gobierno.
Según ha explicado la ministra, una vez concluidas las tareas de preparación del anteproyecto, el Ejecutivo abordará y tratará «con todos los grupos políticos que no se han autoexcluido», en alusión a Vox, la posibilidad de aprobarlos en el Congreso de los Diputados.
SÁNCHEZ Y CASADO NO HABLARÁN DE NÚMEROS
Para ello, el presidente del Gobierno tanteará su «disponibilidad» en las reuniones que mantendrá a partir de este miércoles, primero con el presidente del PP, Pablo Casado, y por la tarde con la de Ciudadanos, Inés Arrimadas. El jueves verá a los portavoces de ERC y PNV y por la tarde de ese día tendrá encuentros telemáticos con los portavoces de las formaciones minoritarias.
Sánchez les pedirá a todos ellos un «nuevo clima político» y «alejar las contiendas estériles» para poner el foco en la recuperación económica tras el daño causado por la pandemia. Los ciudadanos, ha advertido Montero, quieren «utilidad de la política» y no «discursos huecos» o «golpes de pecho». «Los que quieran sacar tajada política están malgastando el tiempo», ha dicho.
Al PP, Montero le ha advertido también de que «no hay derecho» a que una fuerza política esté bloqueando la renovación de instituciones democráticas» por el «simple hecho de no compartir alguna situación que nada tiene que ver con el momento actual». Eso sí, ha reconocido que Sánchez no le hará mañana a Casado una propuesta concreta para renovar el Consejo General del Poder Judicial o el Tribunal Constitucional, porque eso lo pueden hacer «los equipos técnicos», sino que la reunión es para «compartir su visión del curso político» y pedir una «actitud constructiva».
Del mismo modo, Sánchez no hablará de «números» ni con Casado ni con los demás líderes, pero sí escuchará cuáles son sus prioridades para abrirse a negociar los Presupuestos. Se trata, ha resumido Montero, de pactar unas cuentas publicas que satisfagan «a la mayoría de la Cámara», que puedan vehicular los fondos europeos y que impulsen el crecimiento económico tras la pandemia, cerrando brechas sociales e impulsando la transición ecológica, digital y feminista.
El Gobierno considera que, gracias a las conversaciones para los reales decretos aprobados con motivo de la pandemia, tiene ya bastante conocimiento de las prioridades de los distintos grupos y confía en poder negociar a tiempo de presentar los presupuestos en tiempo y forma, es decir, antes del 1 de octubre para poder aprobarlos antes de que termine el año.