El Papa denuncia el «saqueo ecológico» del sur del planeta

El Papa ha denunciado la existencia de una «deuda ecológica» contraída con el sur del planeta por el «saqueo de recursos» y el uso excesivo de su espacio para la «eliminación de residuos» al tiempo que ha urgido a los países ricos a reducir sus emisiones para evitar una catástrofe.

«Se debe hacer todo lo posible para limitar el crecimiento de la temperatura media global por debajo del umbral de 1,5 grados centígrados, tal como se ratificó en el Acuerdo de París sobre el Clima: ir más allá resultará catastrófico, especialmente para las comunidades más pobres del mundo», ha señalado el Pontífice ante la preparación de la Cumbre del Clima en Glasgow, Reino Unido (COP 26).

Así se pronuncia Francisco en su mensaje para la Jornada Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación, con la que comienza el Tiempo de la Creación, que finaliza el 4 de octubre, en memoria de san Francisco de Asís.

DEFENSA DE LAS COMUNIDADES INDÍGENAS Y SU TERRITORIO

El Papa también ha instado a «reparar con justicia», asegurando que «quienes han habitado una tierra durante generaciones puedan recuperar plenamente su uso».

«Las comunidades indígenas deben ser protegidas de las empresas, en particular de las multinacionales, que, mediante la extracción de combustibles fósiles, minerales, madera y productos agroindustriales, hacen en los países menos desarrollados lo que no pueden hacer en los países que les aportan capital», alerta el obispo de Roma.

En su alocución, también hace hincapié en la necesidad de aplicar una «justicia restaurativa» que cancele la deuda de los países «más frágiles ante los graves impactos de la crisis sanitaria, social y económica que afrontan tras el Covid-19» así como en la importancia de asegurar que los incentivos para la recuperación, que se están desarrollando e implementando a nivel global, regional y nacional, sean realmente «eficaces», con políticas, legislaciones e inversiones «enfocadas al bien común y con la garantía de que se logren los objetivos sociales y ambientales globales».

NUEVO «COLONIALISMO» EXTRACTIVO

Además, ha denunciado un «nuevo tipo de colonialismo» que explota «vergonzosamente» a las comunidades y países más pobres que buscan «con desesperación» el desarrollo económico. «Es necesario consolidar las legislaciones nacionales e internacionales, para que regulen las actividades de las empresas extractivas y garanticen a los perjudicados el acceso a la justicia», ha sentenciado.

Para Francisco, restaurar el equilibrio climático es «sumamente importante» como lo es también «restaurar la biodiversidad» ante el contexto de una «desaparición de especies y una degradación de los ecosistemas sin precedentes». «En este momento crítico es necesario promover la solidaridad intrageneracional e intergeneracional», ha destacado.

En esta línea, también ha implorando que se apoye el llamamiento de las Naciones Unidas para salvaguardar el 30% de la Tierra como hábitat protegido para 2030, a fin de frenar la alarmante tasa de pérdida de biodiversidad. Exhorto a la comunidad internacional a trabajar unida para asegurar que la Cumbre de Biodiversidad (COP 15) en Kunming, China, sea un punto de inflexión hacia el restablecimiento de la Tierra como una casa donde la vida sea abundante, de acuerdo con la voluntad del Creador», ha manifestado.

Desde la publicación de la encíclica ‘Laudato si’ en 2015, los cristianos se unen en oración el primer día de septiembre para renovar en todo el mundo su fe en Dios creador y comprometerse en favor de la defensa del planeta. Este año el lema elegido por la familia ecuménica para la celebración del Tiempo de la Creación 2020 es ‘Jubileo de la Tierra’, precisamente en el año en el que se cumple el cincuentenario del Día de la Tierra.

Tras advertir de que la continua «demanda de crecimiento» y el «incesante ciclo de producción y consumo» están agotando el medio ambiente, el Papa ha defendido la adopción de «estilos de vida equitativos y sostenibles», que restituyan a la Tierra el descanso que se merece, así como «medios de subsistencia suficientes para todos, sin destruir los ecosistemas que nos mantienen. «Debemos examinar nuestros hábitos en el uso de energía, en el consumo, el transporte y la alimentación. Es necesario eliminar de nuestras economías los aspectos no esenciales y nocivos y crear formas fructíferas de comercio, producción y transporte de mercancías», insiste.

El Pontífice ha elogiado las iniciativas, a nivel local y mundial, para el cuidado del medio ambiente y los pobres al tiempo que ha reclamado «planes operativos a largo plazo para lograr una ecología integral en las familias, parroquias, diócesis, órdenes religiosas, escuelas, universidades, atención médica, empresas, granjas y en muchas otras áreas». Así ha expresado su alegría ante las iniciativas ecuménicas para «crear un mundo más justo, pacífico y sostenible».

MOVILIZACIÓN POR LA PROTECCIÓN DE LA TIERRA Y LOS POBRES

«Asistimos al surgimiento paulatino de una gran movilización de personas, que desde la base y desde las periferias están trabajando generosamente por la protección de la Tierra y de los pobres. Da alegría ver a tantos jóvenes y comunidades, especialmente indígenas, a la vanguardia de la respuesta a la crisis ecológica», subraya.

Finalmente, el Papa lamenta que se «hayan roto los lazos» que unían al Creador, a los demás seres humanos y al resto de la creación y ha instado a «sanar estas relaciones dañadas» de manera que se tome la creación como «una herencia común» y no como «una competencia desleal».

Asimismo, llama a dar libertad a «los oprimidos y a todos aquellos que están encadenados a las diversas formas de esclavitud moderna, incluida la trata de personas y el trabajo infantil» al tiempo que urge a recordar que los hombres son «parte» y «no dueños, de la red interconectada de la vida».

«La desintegración de la biodiversidad, el vertiginoso incremento de los desastres climáticos, el impacto desigual de la pandemia en curso sobre los más pobres y frágiles son señales de alarma ante la codicia desenfrenada del consumo», concluye.