Una vez terminadas las vacaciones, la Infanta Elena recupera, poco a poco, su rutina en la capital. Y es que la hija mayor del Rey Juan Carlos está de vuelta en su trabajo después de haber vivido su verano más triste y atípico. Afectada por la marcha de España del emérito, la Duquesa de Lugo apenas se ha dejado ver estos últimos meses.
Refugiada en la finca de su íntima amiga Rita Allende-Salazar, doña Elena tan sólo viajó a Bidart para pasar unos días en compañía de la Infanta Cristina y de sus cuatro sobrinos, Juan, Pablo, Miguel e Irene. Sin embargo, y pese a que se había asegurado que viajaría a Palma de Mallorca para visitar a la Reina Sofía cuando don Felipe y doña Letizia abandonasen la isla, no se la ha visto por allí.
La Duquesa de Lugo tampoco ha disfrutado de sus tradicionales vacaciones con sus hijos Victoria Federica y Froilán, que, ya mayores, vuelan por libre, y han disfrutado de Marbella con amigos (en el caso de la joven, también con su novio, Jorge Bárcenas, con quien acaba de cumplir su primer año de relación).
Así pues, doña Elena, ha estado desaparecida este verano. Y es que según aseguran quienes la conocen bien, la hija mayor de los eméritos está muy afectada tras los escándalos protagonizados por su padre y su marcha de España. Muy unida a don Juan Carlos, a su primogénita le está costando sobrellevar su ausencia.
Sin embargo, toca retomar el día a día y recuperar la rutina. Y así, la Infanta ha vuelto a su trabajo en la Fundación Mapfre, que a buen seguro la ayuda a distraerse y sobrellevar estos duros momentos.