El mundo de los sueños o mundo onírico es realmente apasionante. Desde que tenemos testimonios escritos se sabe que los hombres han prestado atención a sus sueños. De hecho, en la antigua Grecia y también en Roma había oráculos a los que se acudía para interpretarlos y en base a ellos se tomaban decisiones. La Biblia nos habla de los sueños de algunos de sus protagonistas.
4Limitaciones de los sueños
Las reglas del mundo real no rigen en el mundo de los sueños, se supone que en un sueño todo es posible. Sin embargo, sí que existen algunos tipos de limitaciones, por ejemplo, no podemos soñar con un rostro que nunca hayamos visto. No tenemos que ser conscientes de quién es la persona con la que soñamos, vale con que la hayamos visto pasar a nuestro lado alguna vez, aunque no le prestásemos ninguna atención.
Normalmente, a todos nos resulta muy difícil leer en los sueños, especialmente difícil es leer dos veces la misma frase de la misma manera. También tenemos dificultad para ver la hora en un reloj. Y en un sueño no es posible que muramos, normalmente nos despertaremos antes. Es decir, podemos soñar que estamos muertos, pero no con el momento exacto de nuestra muerte.
Sin embargo, para nuestro cerebro las experiencias que vivimos en el mundo de los sueños son tan reales y las vivimos con la misma intensidad, que las experiencias del mundo real. En el sueño sentimos todas las sensaciones y las emociones que podemos vivir en el mundo de vigilia. Vemos, tocamos, oímos o leemos y saboreamos de forma que parece increíble que aquello no sea real. Está estudiado que si el cerebro cree que algo ocurre, el cuerpo en cierta medida se comporta como si sucediera.
Soñar no es algo privativo de los humanos y no todos lo hacemos igual. No todas las personas suenan en color, hay personas que suenan en blanco y negro.Y los animales también sueñan.
